Capítulo 50: Amigos

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Abby.

—Chloe... ¿quieres hablar? —le pregunto por última vez.

—No —responde en un tono más suave a lo que solía hablar en la tarde. Segundos después sus ojitos se cierran lentamente, le doy un beso en su frente, apago la luz y cierro la puerta, para salir de su habitación.

Bajo a la sala y me encuentro con Dereck, quien está usando su celular mientras una enorme y pícara sonrisa se forma en sus labios. Me acerco al sofá donde está sentado y miro por detrás de éste la razón de su gran sonrisa.

Al poco tiempo, me percato que está hablando con Thea por mensaje, arrugo mis ojos para poder apreciar qué es lo que está escribiendo y de pronto los abro sorprendida al notar que se están mandando mensajes calientes — ¡Qué puercos! —las palabras salen de mi boca, provocando que Dereck se sobresalte y apague su teléfono de inmediato.

—Metiche —su cara luce más roja que un tómate.

—¿Tan bien van las cosas con mi amiga? —pregunto con toda la intención.

Él me hace una mueca sarcástica e ignora mi comentario —Me tengo que ir —dice tomando su chaqueta —Cuídate.

—¿A coger con Thea? —¡Dios mío! Ya cállate Abby, deja de decir todo lo que piensas.

Él me lanza una mirada asesina, se acerca a la puerta, la abre y cuando está por salir se detiene; —Tal vez —responde en casi un susurro. Le lanzo un cojín del sillón por lo puerco que es y de inmediato él sale disparado por la puerta.

Mi madre sale de la cocina y se quita su delantal —¿A dónde fue tu hermano? —pregunta al notar que su auto se está alejando.

—A... divertirse.

Ella se encoje de hombros y no le toma mucha importancia —Iré a darme una ducha —avisa subiendo a su habitación. Voy a la cocina y agarro un paquete de mini galletas oreo de la alacena, entonces me percato que la bolsa está medio abierta.

Mugre Dereck.

Subo a mi habitación y tomo mi celular, navego por mis redes sociales durante unos minutos y trago en seco cuando veo la notificación de un mensaje de Eitan. Dejo las galletas a un lado y suspiro, no sé si contestarle, es decir, sé que lo que hizo no estuvo bien; arrugó la confianza que yo le di y la tiró a la basura como una mierda.

Bien, pero no vivirás de rencor ¿o si? demuestra que tu puedes, abre ese maldito mensaje y debate con el tarado que te mintió durante cinco meses.

Suspiro y abro el mensaje con temor.

Eitan: Hola, sólo quería saber cómo estás.

Oh, eso es sencillo ¿cómo crees que estoy después de que me hayas mentido? ¿Después de que Chloe se puso devastada porque te quiere a ti? ¿¡Por qué carajos no sólo te sales de mi vida, Eitan!? ¿Qué tan difícil es?

Yo: Bien, gracias.

Eitan: ¿Crees que podamos hablar?

Yo: ¿Ahorita? ¿Por llamada?

Eitan: Yo pensaba en que salieras para hablar, pero si quieres por llamada está bien, no tengo ningún problema con eso.

¿Salieras? Arrugo mis cejas y me pongo mis zapatos, bajo hasta el primer piso, me acerco a la ventana y hago la cortina a un lado. Mis ojos se abren de par en par al ver a Eitan recargado en su auto con su celular en sus manos.

Reviso que no haya nadie por la casa. Se supone que las únicas despiertas en la casa, somos mi madre y yo, y ella se está dando una ducha, entonces espero que no se le ocurra bajar de repente, o a mi padre despertarse. Abro la puerta y él me ve al instante, guarda su móvil y no puedo evitar el brillo que se forma en sus ojos al verme.

También Eres Mi PrioridadWhere stories live. Discover now