Capítulo 39: Comprensión

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Eitan

Desde que mi padre se fue, Abby y yo estuvimos hablando con una sirvienta de la casa, la mujer que nos recibió amablemente cuando llegamos. Es una mujer amable y con un gran corazón, nos dijo que ella supo desde un principio qué es lo que quería mi padre y que él no lo admitía, pero ella sabía que algún día él se daría cuenta de lo mucho que me extraña.

Siendo sincero, sus palabras me pusieron a pensar en muchas cosas e incluso pensé en dejar mi rencor a un lado. Pero luego recordé a mi madre, recordé todo el sufrimiento, y el odio hacia mi padre se multiplica.

—Eitan, te están hablando —la voz de Abby me saca de mis pensamientos.

Otra de las sirvientas de la casa se encuentra en el umbral de la puerta —Su padre lo quiere ver en el jardín —avisa amablemente.

Me levanto del sofá decidido a afrontar lo que sea que me quiera decir, cuando Abby me toma por el brazo, volteo a verla, ella se levanta del sofá y toma mis mejillas con ambas manos —Sé fuerte —murmulla.

—Seré fuerte, te tengo a ti... —retiro uno de sus mechones de su rostro delicadamente —Tú eres mi fortaleza.

Y junto mis labios con los de ella, sus brazos se enredan alrededor de mi cuello mientras que los míos toman sus delicadas mejillas con gentileza, es un beso sincero, algo sencillo y amoroso —Te amo —murmullo en sus labios.

Me separo de ella y salgo al jardín. Mi padre se encuentra ahí parado entre los arbustos, no hay ningún ruido molesto, sólo nos acompaña el viento y el agua cayendo de una fuente.

—¿Qué es lo que quieres? —hablo primero, quiero acabar con esto de una vez por todas.

—Quiero darte una explicación,

—¿Después de dieciocho años?

—Después de que al fin entendí el error que cometí.

—Habla.

—T-tú, tenías tan solo tres años, éramos una familia tan feliz, tan unida... —ruedo mis ojos ante sus palabras, estoy seguro que jamás fuimos una familia unida.

—Sólo quiero explicaciones, no mentiras.

Él lame sus labios y pone sus manos en sus bolsillos, si su plan era hacerme cambiar de opinión con cosas de que éramos una gran familia, no funcionará —Yo iba a casa con ustedes, estaba tan contento por verte después de un largo día de trabajo, pero me llegó una llamada, hombres eran despedidos de la empresa porque estaba en quiebra, yo fui uno de los desafortunados. Fue cuando me llené de ira y cambié mi rumbo a un bar, no quería que tu madre se preocupara por mí.

—Estaba esperándote ese día... mi madre estaba preocupada por ti, estuviste ausente por tres días sin avisar.

—Fue donde conocí a Scarlett; una linda mujer ahogando sus penas en un bar, no tardó mucho en conquistarme y me la pasaba muy bien con ella, pero su encanto no era lo que yo quería, quería dinero. No quería que tu madre se enterara que fui despedido, así que mentí. En realidad no iba a la empresa a trabajar, sino a revolcarme con Scarlett, quien me pagaba para mantenerlos a ambos. Mi vida cambió cuando me enteré de que Scarlett estaba embarazada, tu ya tenías cinco años... y durante dos años mentí, no asistía al trabajo, iba a la mansión de Scarlett a cuidar y pasar tiempo con mi hijo; Thomas.

Él guarda un silencio y yo paso mi mano por mi cabello impaciente —¿Y entonces? —alzo una ceja, él abre su boca para hablar pero ninguna palabra sale de su boca —Dime qué pasó ¡maldita sea! —grito impaciente.

—Le dije la verdad a tu madre. Me dijo tantas cosas ese día, me dijo todas mis verdades pero pensé que sólo exageraba. Así que ella me dijo que me alejara, que se podría encargar de ti sola, y que no quería nada de mi dinero. Ella quería lo mejor para ti... no deseaba que un hombre como yo fuera recordado como tu padre.

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