Epílogo

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1 año después...

Eitan.

—¿Cuáles fueron las conclusiones de ese caso, Harper? 

—Aquí están, señor —le entrego las hojas con los resultados de un caso del que me encargaba la semana pasada —Las huellas en la escena del crimen, indican que en realidad fueron dos personas las involucradas.

—Interesante... ¿Tienes la evidencia? 

—Esa ya la he mandado a que le hagan unos últimos procesos con Charlie.

—De acuerdo, gracias —el capitán camina con la intención de irse, pero se detiene en el marco de la puerta —Ah, y... tienes el día libre, muchacho.

Una sonrisa incrédula se dibuja en mi rostro —Muchas gracias —me despido y tomo mis cosas para correr al auto.

Arranco el auto con rapidez y una emoción infinita se apodera de mi ser, conduzco por las avenidas lo más rápido que puedo y con unos enormes nervios. En un semáforo, mi móvil comienza a sonar, lo tomo y contesto de inmediato al ver que se trata de Dereck.

—¿Dónde carajos estás? —es lo primero que me pregunta.

—Ya voy para allá, el capitán me dejó el día libre —volteo al semáforo y veo que ya ha cambiado de color.

—Qué bien, al menos ahora sabemos que ese hombre tiene algo de corazón.

—No te confundas, me dejó el día porque terminé de revisar el caso justo hoy.

—Debió haberte dejado la semana entera.

—Fueron días agitados —admito al recordarlos.

—Lo sé —él guarda un breve silencio y de repente reacciona con brusquedad —Bueno, como sea, ven rápido ¡Mi hermana está en labor de parto!

Tan sólo esas palabras hacen que los nervios se vuelvan a apoderar de mí —Llego en diez minutos —digo por último para colgar.

-

Paso entre las personas con rápidez, me subo al acensor y subo hasta el piso donde se encuentra Abby, las puertas del acensor se abren e intento dar pasos largos y llegar más rápido a la recepción, ahí hay una mujer sentada, dando vueltas en su silla giratoria y viendo su celular.

Llego y plazmo mi mano contra la mesa —¡Mi esposa está por dar a luz! —es lo primero que se me ocurre por decir, ella se sobresalta y casi se le cae el móvil de sus manos.

¿Esposa? No había usado esa palabra aún...

De mala gana y con rápidez, la mujer empieza a escribir algo en su computadora que no logro apreciar, después me extiende un par de prendas y me indica que me las ponga sobre mi ropa y entonces podré entrar a la sala de partos.

La tomo y no tardo mucho en ponérmela. Voy directo a la sala donde Abby se encuentra y de camino veo a Dereck, Thea, Darla, Nathan y al pequeño Owen sobre los brazos de su madre, ellos me ven pero sólo los paso para llegar con Abby, ya habrá tiempo de saludarlos.

Entro a la sala y lo primero que me encuentro es a Abby pujando en la camilla, tiene su rostro ya rojizo, está sudando como nunca e incluso lágrimas salen de sus ojos —¡Viniste! —una gran sonrisa se forma en sus labios al verme.

Le doy un beso en la frente y le sonrío —Claro que vine.

El partero interrumpe el emotivo momento —Tienes que seguir pujando, cada vez falta menos —le menciona.

—¡He estado aquí diez jodidas horas y me ha dicho lo mismo! —mi prometida le reclama con brusquedad.

Me río ante sus palabras y Abby me da un zape —¿Y tú de que te ríes? ¡Tú no estás aquí sentado pariendo a mellizos!

También Eres Mi PrioridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora