Eterno cachorro (KookMin) (Omegaverse)

Capítulo 11~Destinados

JungKook no había dicho ni una palabra, ni si quiera a sus amigos y compañeros como despedida, tan solo había sujetado el antebrazo de Jimin y había tirado de él pasillo a dentro. El rubio disfrutaba de la vista de su espalda ancha y musculosa, odiaba esa chaqueta que le impedía ver más.

Se detuvieron cuando llegaron a un punto donde no había nadie más con ellos, Jimin bajó su mirada al instante intimidado por los grandes ojos oscuros del Alfa.

-Jimin, ¿qué haces aquí? -Su voz, como le había hecho falta su voz en su celo. -¿Vas a decir algo? -Habían pasado segundos en silencio, Jimin sonrojado pensando y JungKook de brazos cruzados atento al Omega.

-Estoy organizando las palabras en mi cabeza. -Susurra bajó mirando sus manos jugando con sus propios dedos. Jeon, paciente, le dio varios minutos de silencio. -El otro día te fuiste cuando entré en celo, sé que es algo vergonzoso e incómodo pero fuiste malo con mi Omega. -Soltó de pronto, JungKook lo miró con sus ojos bien abiertos en sorpresa. -Nosotros te queríamos allí y tú nos despreciaste.

-Jimin, no. -Habla deteniéndolo. Sus grandes manos abrazan las pequeñas del rubio. -Creí que era lo mejor; era tu primer celo y estaban nuestras familias allí y... -Se quedó callado sin saber que más añadir cuando Park levantó su mirada para mirarlo desbordando ilusión en sus ojos brillosos.

-¿Tú también crees que soy tu destinado? ¿No me rechazas como tú Omega a pesar de ser uno defectuoso? -El lobo de Jeon se contrajo y sollozó dolido. Cumplió su impulso de tirar de Jimin para apresarlo en sus brazos.

-No eres defectuoso, no digas eso jamás. -Con dudad, pero embriagándose de la calidez del cuerpo ajeno, Jimin le devolvió el abrazo enredando sus brazos tras su ancha espalda y reposando su cabeza de lado en su duro pecho. -Tal vez solo estabas esperando el momento adecuado. Y ahora que estoy contigo lo ha sido.

-¿Estás conmigo? -Pregunta nervioso.

-¿Quieres estarlo? -Le pregunta en respuesta. -Juntos, como destinados, como Alfa y Omega. -Jimin asiente enérgico levantando su cabeza para verlo. Nunca había estado tan seguro de algo en su vida. -Bien, no sabría qué hacer si me dices que no. -Le sonríe, Jimin cree derretirse. -Pero llevémoslo con calma, solo nosotros de momento lo sabremos. ¿Está bien?

-Lo que mi Alfa quiera. -El mayor tembló de júbilo afianzando su agarre en las caderas del menor.

-Lo que mi Omega quiera. -Le susurra de vuelta. Las mejillas de Park se incendian de calor cuando su clara petición hace presión en su lengua, la clara petición desde hace dos atrás.

-¿Me darías un beso Hyung?

Jeon lo mira fijo, absorto en su belleza y su aroma. Lo devoraría entero a besos, besos dulces por todo su cuero sin segundas intenciones. Jimin ya era un Omega, pero seguía luciendo como un cachorro encerrado durante años en su habitación por el miedo a la críticas. Admiraba el valor de éste al ir a buscarlo, algo que él le negaba a su propio lobo.

Asintió despacio, sonriendo tan solo con sus labios y acercándose mientras cerraba sus ojos al rostro contrario. Sus labios se unieron fijos, se movieron despacio uno sobre otro apretándose y dándose caricias. Las pequeñas manos de Jimin buscaron más contacto subiendo hasta enredar sus dedos en los cabellos del Alfa e incluso jugando con sus orejas; el azabache suspiró encantado con esas caricias y apretó las delgadas caderas del rubio mientras ejercía presión con su lengua en sus carnosos labios para introducirla en la cavidad bucal contraria.

Mientras sus lenguas se conectaban sus lobos sentían que ya no jugaban solos, ahora tenían un compañero con quien aullar y a quien amar.