Eterno cachorro (KookMin) (Omegaverse)

Epílogo

"Los años pueden parecer minutos si los pasas con la persona indicada", esa frase simple pero significativa y con una gran veracidad siempre alegraba y calentaba el corazón del Omega cuando su Alfa se la decía al oído. Aquella frase fue el cúlmine de su discurso de bodas hacía años atrás.

Jimin así se sentía en ese momento, de nuevo con su cabello rubio natural, viendo el patio trasero del que fue su hogar durante tantos años. Su graduación, al igual que la de su marido, parecía haber sido hace siglos atrás pero cuando la pensaba la revivía completamente con lujo de detalle.

Jeon se había graduado primero, con honores, y había comenzado a desempeñar su función de jefe en la empresa familiar junto a su padre a los pocos meses de conseguir su título. Ambos Alfas Jeon habían empoderado más si era posible su estatus y negocio, ambos Alfas Jeon desempeñaban su trabajo cuidando a sus empleados y con una gran dedicación sin olvidar que eran Alfas en sus hogares por lo que siempre, siempre, tuvieron tiempo para sus Omegas.

El padre de JungKook no es que se hubiera vuelto a casar, pero había buscado por cielo y tierra a ese Omega que siempre fue su destinado. Cuando lo encontró, con ayuda de su hijo y yerno, aquel tierno y joven Omega que recordaba ya cargaba alguna arruga y magulladuras por el paso de los años en su trabajo de a pie en el mercado callejero. La madre Luna sabe lo mucho que suplicó su perdón entre lágrimas para tan solo recibir como respuesta un "siempre te he estado esperando, sabía que volverías por mí". Ese hombre Omega encandiló a su nueva familia, se convirtió en un tío muy cercano para Jimin y un Hyung muy protector y cariñoso para JungKook.

Jimin cuando se graduó como Auror recibió una mención de honor, el alago de todos sus profesores y una lista de clientes extensa que deseaban ser atendidos por el joven "Eterno cachorro" con dones irreemplazables y únicos. Como se prometieron aquella noche en que se unieron y descubrieron sus vidas entrelazadas en el pasado, Jimin montó su santuario en el patio trasero de la casa que JungKook mandó construir para ambos y en él recibía las visitas y sesiones que desempeñaba además de realizar los rituales correspondientes de gracias a la madre Luna.

Al montar su consulta recibió tantos casos únicos y extraños como el suyo, como el de su sobrino, de personas ajenas y cercanas a él que solo pudo centrarse en ello para "tratar de salvar el mundo", JungKook lo recibía en sus brazos por las noches y le decía "no debes salvar el mundo solo hacerlo más sencillo de entender". Esas palabras llanas lo desconectaban de su trabajo y lo hacían sumergirse en su Alfa.

-Los años pueden parecer minutos si los pasas con la persona indicada. -De nuevo esa frase haciéndolo estremecerse cuando su esposo llegó a su espalda y se la susurró antes de besarle tras la oreja. Caminando unos pasos el azabache se colocó de cuclillas frente al rubio que descansaba en una hamaca en el patio de sus padres viendo la variedad de personas reír y divertirse entre ellos. -¿Estás cansado? -Con cariño lo escruta y tuerce su cabeza tiernamente para Jimin, este asiente y hace un ligero puchero.

-Me duelen los pies, están hinchados y feos. -Sus mejillas abultadas por el reciente peso sumado y el puchero hicieron reír y casi desfallecer por lo adorable que se veía su Omega a Jeon.

-Los pies de mi Mochi no son feos, son pequeñitos y adorables. -Le reprocha con un tono irónico de veracidad mientras acaricia sus piernas cansadas e hinchadas.

-¿Quieres que te golpee Jeon? -Le refuta fulminándolo con la mirada y levantando su pie derecho para darle un ligero empujón con este en su rodilla izquierda. JungKook ríe fuerte en una carcajada.

-Tú también eres Jeon. -Le responde entre risas sacándole la lengua, sus juegos jamás se detuvieron entre ellos. Jimin sufrió un amago de sonrisa, un amago porque un fuerte dolor en su barriga lo contrarió hasta hacer una mueca adolorida y apretada de dientes. -¿Patadas? -Cuestiona JungKook conociendo a la perfección cada faceta y mueca de su esposo. -Deja de molestar a mami campeón. -Susurra, lo bastante alto para que quede entre ellos, a la hinchada y creciente barriga de Jimin mientras la acaricia con su mano derecha en círculos.