Capítulo 45~Alfas Jeon

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Maratón pre-recta final (1-4)

Era bien entrada la noche, una madrugada fría y de viento helado con ambiente húmedo, parecía que el tiempo se había puesto de acuerdo con la tormenta acontecida esa noche en la casa de los Kim. Ambos Alfas Jeon, padre e hijo, habían arrendado por una noche la lujosa habitación del ático de uno de los hoteles del centro de Seúl que aún estaba disponible a esas horas.

-Buenas noches. -Se despidió JungKook nada más irrumpir en el cuarto dirigiéndose hacia una de las habitaciones cerrada de la suite.

-JungKook, espera un momento. -Pidió su padre tomando asiento en el sofá de la sala. -Quisiera hablar contigo sobre lo que ha pasado esta noche. -De repente quería hablar, su padre que había estado tan callado como siempre y solo había intervenido para mandar callar y echar a su mujer y cuñados de la casa de los Kim; su padre que había vuelto a callar dejándolo consolar a sus amigos, primos y novio hasta que quiso y sintió oportuno y en todo el camino al hotel.

-Padre, no necesito hoy el amor y apoyo que nunca me has dado. -Aquello sonaba a queja y reproche, pero no lo era. JungKook estaba acostumbrado a la lejanía con su padre. -No me malinterpretes porque siempre has estado ahí, pero nunca has sido muy hablador o te has preocupado por mis pensamientos o sentimientos. Sé que no es lo tuyo, pero te agradezco que hayas defendido a mi Omega.

-Hijo, solo escúchame. - Vuelve a pedir señalándole el hueco a su lado con el rostro impasible. JungKook resopla rendido obedeciendo. -A los diecisiete años encontré a mi Omega; era guapo, inteligente y dedicado. -La confesión nula de sentimientos en su tono de voz dejó adormecido el lobo interior del joven. Su padre nunca, él jamás mencionó a otro Omega que no fuera su madre. Realmente JungKook llegó a pensar que ellos eran destinados. -La bondad era su mayor virtud y se esforzaba día y noche para estudiar; a pesar de que en aquella época era ridículo que un Omega estudiara y trabajar al mismo tiempo. -El rostro arrugado y cansado del mayor de los Jeon brilló en nostalgia y amor, era una luz única observada por su hijo. -¿Sabes por qué no me casé con él? -Era una pregunta que no esperaba respuesta. -Era pobre, clase baja, sus padres tenían un puesto de verduras en las plazas callejeras a las afueras de la ciudad. A tu edad me casé con tu madre porque era lo correcto y lo esperado de un Jeon. Una joven, bella y sumisa Omega con educación y recatada, además de dispuesta a ser solo la madre de mis cachorros. -JungKook comenzaba a agradecer haberse quedado a escuchar a su padre, por primera vez en años sentía a sus lobos conectar como la manada que eran. El hecho de irradiar amor por alguien y la pureza de la verdad los estaba haciendo sentirse orgullosos uno del otro. -Por eso no tienes hermanos, te amo hijo y no quiero que lo dudes jamás, pero no podría crear otra vida con una Omega que mi lobo odia mientras llora por su verdadero mate.

-Papá, ¿por qué me cuentas todo esto? -Sorprendido entre la angustia y el dolor conectó su mirada con la suya. -Yo no...

-No lo hago por nada específico, no quiero que odies a su madre, ojalá lo arregléis si ella abre su mente. -Lo interrumpe, sentía que iba a divagar incómodo, pero lo que menos quería causar era odio de su hijo contra la que siempre será su madre. -Lo que quiero es que comprendas que te quiero, te apoyo, me enorgulleces y que si Jimin es tu destinado tiene mi bendición. -Su lobo aulló y correteó en su pecho, a fin de cuentas son primitivos y los hijos Alfas sienten esa innegable necesidad de orgullecer y complacer a sus padres Alfas. -Es muy bonito y encantador.

-E inteligente y cálido. -Agrega a las calificaciones positivas de su Omega. -Gracias papá. -Con lentitud acude a la muestra de admiración y cariño que un pequeño cachorro solo comparte con sus progenitores, su frente se posa sobre su pecho y su nariz rasca en caricias sobre este. -Por compartir esto conmigo y por apoyarnos. Creo que tal vez, no sé, algún día podríamos ir a pasear por el mercado de las calles ahora que comienza el buen tiempo, el de las afueras de Seúl dicen que está muy bien.

La grave y ronca risa de su padre sale rota y forzada, la tenía retenida desde hacía años. Ahora JungKook comprendía esa amargura ejemplar y la distancia de su padre, siempre lo cuidaba y protegía pero desde lejos, siempre orgulloso de él pero en las sombras, no dudaba de que en más de una ocasión lo había defendido ante su conservadora madre. Tal vez, ahora sin secretos entre los Alfas Jeon, se fortaleciera la manada que eran.

Eterno cachorro (KookMin) (Omegaverse)Where stories live. Discover now