CARTAGO II

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Vuelven a los dolores las romanas

sombras, que de los desiertos se han ido,

sentires olvidados que el perdido

Tiempo todavía las hace humanas.


Donde en aguas y arenas las cercanas

y ya rendidas cumbres de despojos,

colmar del fuego y de los muertos ojos

alcanzó el ejercicio de las vanas


situaciones de la espada, las rosas

débiles de haber perdido Cartago

se diluyen de lágrimas, de cosas.


En una eternidad así el estrago

reconstruirá una tarde, una elegía

que ya antes de los tiempos se erigía.


La anochecida nocheWhere stories live. Discover now