De nuestras flores es el habitado daño,
el común sepulcro:
La carga multiplicada
de crines y frescos instrumentos
y de cosas que se han rendido
a su dominio plateado antes del tiempo;
no pertenecer ya a la carne
sino como el borrado
ardor de nuestras cenizas:
ocurrirán allí las pieles últimas,
el ambiente plañidero
de los ojos que han contemplado
beldades y no huesos.
Es esta la vulnerable
forma de recuperar continua la
espera. Así esperan
dilatados los campos que algún día,
de antiguas tempestades,
sus precisiones otras venas
sintieron.
Y el amaranto establece el color
herido de haber nacido vivos.
Somos el pétalo descendido
y muerto de haber llovido sobre
estas tierras
donde estuvieron desde siempre
muertas las rosas ya nacidas.
Y al desenterrarnos de nuestra sangre,
y al recordar que hemos amado
a seres humanos como nosotros,
esta hondonada de crepúsculos
suplicados y de mares por los fuegos disipados,
habrá concluido el bronce
y el estandarte en las manos
y no sucederán ya más los instantes
en este sueño que pudo no haber sido soñado.
Ojalá olvidemos cómo siquiera olvidar.
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La anochecida noche
PoetryPoemario compuesto por 26 sonetos, 30 poemas en verso libre, y 4 piezas en prosa poética. Los poemas coleccionados en el presente volumen han sido compuestos, con mucha lasitud, entre noviembre del año 2018 y de 2019: tal vez la época más dolorosa...