CON UN REGRESO A LA OSCURIDAD

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Ni haber dicho;

ni hallarme en páramos simples;

ni lo latido por vez última:

solo el rumor de lo que es cierto:

el no poder dejar de estar en mí

y que signifique aquello el interior

que serán las afueras

de las alejadas oscuridades encerradas.

Lo único nocturno de aquí es referirme

a quienes nos aproximamos a la sombra.

Cercano el relieve de su bronce

y de las letras que indican tiempos.

Hoy, ahora mismo, sentir es una perpetua

novedad.

Los pasillos y los ángeles son

pero no tuvieron por qué serlo,

y ninguna de sus presencias

me ha encontrado nunca tan visitante,

tan viviendo de este crepúsculo

de las cenizas, entre el mármol

tan consumado y el ocupar tan elemental.

Y contemplo

y visito

y ensombrezco

y llego.

La anochecida nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora