MIRAR DETERMINADO

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El estarse sin instantes,

sin alguna vez más tú (has hecho

que te ame aun cuando te espere muerto);

el ocurrir desunido de las lágrimas;

morirme y olvidarme me están:

es cualquiera de estas cosas

el irse de algo.


Fui contemplado; digo mi cuerpo

dicho por la noche a la noche,

lo digo con el orden desintegrado

de besar agua.

Fue desapareciendo de mí;

el fuego debió de ser

demasiado mío y mis ojos

ser una oscuridad menos.


La fragilidad del poema es

regresar como se va hacia los mausoleos

que en el gris pueden ir perdurando;

los instantes cayendo e hiriendo

me suceden en todas partes

con la suavidad que merezco de las cosas

ante la renuncia de los jardines,

de las vastedades por los ojos dejadas.

Oh me sepulcran los demás ocasos

y concederle nombres a lo atardecido

es saturar el mundo por tus ausencias.

La anochecida nocheDonde viven las historias. Descúbrelo ahora