EL ATARDECER

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Se llena el horizonte de lo herido

y eterno y crepuscular. Su elegía

de oro se abandona, lejana. El día

de tanto ser muere siendo sentido.


Entre cielo y huesos que al requerido

encierro de las venas dan momentos

presentes y pasados, los lamentos

de que las cosas se nos hayan ido


implican su realidad al nombre

del Ocaso y también al primer hombre

que articuló oro y tristeza en su boca.


¿Sabrá el Tiempo que nos es una ardida

cruz donde la Noche empieza y evoca

a quien aún no se ha muerto ni olvida?

La anochecida nocheWhere stories live. Discover now