LAS VENAS DEL DOLER

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Me hiere el peso y el porqué

de los jazmines que me comprenden

las manos;

me vive la sombra que doy

y que por vivirme se seca;

me arde lo que en esta vida

me ha quedado de muerte.

Mis lluvias penden del aire y no dan

menos oscuridad los perfiles de la Flor

que la mortaja del fuego que me acudirá.

La cifra de las lluvias que han existido

desde que se es, no llegará a ser jamás

la extensión de lágrimas

que por mi derramar los océanos

se han colmado.

Oh soy todo lo aterido,

requiero de todo lo que sangra,

soy todo lo rendido de las orillas.


En nada que ha sido del otoño

yo he visto lugares.

¿Qué me he hecho al sentir

que me has hecho una sangre tuya,

una oscuridad más de tu sangre?

¿Qué diluvios no regresaron de tus ojos,

de sus sepulcros amplios, del opuesto

y diferente lado de tus lágrimas?

No quedan cercanías de mí;

soy todo una latitud:

la aseveración de los siglos,

el alba bajo ninguna tierra,

las venas del doler.

La anochecida nocheWhere stories live. Discover now