Me es el gradual vivir
una lluvia de lo que aún
no es el allá.
Soy, soy y soy
y nunca he regresado de lo mustio
muerto, del decir o del no decir,
de la separada proximidad de algo
sobre mi huir lastimado.
Nada va a alejarse siendo; las rodeadas
cosas se me morirían conmigo.
¿Cómo podría yo dejarme en esa vastedad?
¿Cómo podría yo rendirme
a todos los hielos reunidos
en mis ojos solos, en mis incendios
y en mis prontitudes?
Oh ¿cómo podría yo abandonarme
hasta hacerse lejano mi presente?
Recupero el nunca dejar y mi dicha
dura cuanto las espadas sobre las pieles;
desaparece la noche debido
a ningún día.
Recupero lo de los estíos
cuando el lado más mío de los mares
es el lado cuyo oscuro debe
derruirse sin haber sentido
jamás el umbrío silencio
de las estrellas:
a ese canto dejo las singladuras.
Es tanto el morir y el suceder,
que apenas pueden ser las cosas
en lo que se nos refleja del mundo.
Reminiscencias de aquello ido,
se me van abandonando de las manos
a la oscuridad que han establecido
el fulgor de los mármoles en mí.
Cierran la noche unos ojos
que son los míos, los abiertos
por las tristezas tenidas;
se deshacen las estatuas
demasiado ciertas cuando estoy sabiendo
que el olvido me ha sido demasiado
un sueño para agonizar
su significado.
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La anochecida noche
PoetryPoemario compuesto por 26 sonetos, 30 poemas en verso libre, y 4 piezas en prosa poética. Los poemas coleccionados en el presente volumen han sido compuestos, con mucha lasitud, entre noviembre del año 2018 y de 2019: tal vez la época más dolorosa...