My Girl || Henry Danger [#1]✔️

Capítulo 13

P.O.V____

–¡Estás loco!– grité.

El mapache salió del refrigerador, a lo que yo creí que saltaría y comenzaría a correr por toda la casa rompiendo todo literalmente. Pero para mi gran sorpresa, el querido animalito saltó a la cabeza de Jasper, haciendo que este comenzara a moverse de la lado a lado, tratando de quitárselo de encima.

–¡Jasper quítatelo!– siguió Piper.

–¡Eso trato!– respondió él.

–¡Intenta más!– esta vez gritó Charlotte.

Después de varios segundos de poder intentar quitarse ese animal de la cabeza, por fin pudo quitárselo, y cuando lo hizo lo lazó a la mesa donde estaba la rebanada de Henry.

Todos comenzamos a gritar porque el mapache empezó a hacer caras raras, como si quisiera atacarnos, y cuando menos lo pensamos todos comenzamos a salir por la puerta trasera, lleno de empujones, gritos y rasguños, todo por escapar de esa cosa.

–¿Están bien?– preguntó Charlotte jadeando.

–Si– contestamos Piper y yo al unísono.

–Tengo ganas de matarte– le solté a Jasper –muchas ganas–.

–No eres la única– siguió Charlotte matando a nuestro amigo con la mirada.

Estábamos en el patio trasero de la casa de los Hart, todos con la respiración agitada de lo que corrimos, y por alguna razón Ray con la mamá de Henry en sus brazos... no me meteré en eso.

Se podía ver desde ahí la cabeza gris y rara del mapache que estaba sobre la isla de la cocina, haciendo quien sabe qué cosa, aunque no se veía del todo.

–Tenemos que sacar a eso de ahí– dijo Kris aún en los brazos de Ray. 

–Cierto– contestó Ray, miró a Kris a los ojos –hola–  su tono... "Ray". 

–Hola– volvió a hablar Kris, sin darle importancia. 

Era ridículo la forma en la que que Ray creía que ella le haría caso, claro era obvio que en cierta forma Ray podía tener mejor condición que Jake, pero vamos, tiene hijos con él y además creo que Kris se dio cuenta que en realidad quiere a su esposo, cuando Ray se quedó en esta fingiendo ser el papá, armando un desorden y literal cayendo en un su lugar como padre, aún no había llegado a Swellview, pero me lo contaron un día en la Capi Cueva. 

–Mapache– dije moviendo mis brazos en el aire.

 –Jasper ve adentro– ordenó Ray. 

–No– respondió mi amigo mientras lo apuntaba con su dedo índice. 

–Charlotte, ve adentro–. 

Ella frunció el ceño –no–. 

–Pi...–. 

–No– ni siquiera lo dejó terminar, aparte de que tenía la vista sobre su teléfono y no la despegaría.

Como era de esperarse Ray se giró hacia mí, junto con todos los demás, que me veían con una cara a la que ya estaba acostumbrada, diciéndome "no tienes opción", eran miradas que prefería olvidar en algún momento... mentira los amo. 

–Hay una chica de control animal aquí– señalé hacia donde estaba la chica, que por alguna razón aún tenía pastel en sus manos. 

–Si, yo no iré por eso– respondió. 

–____– habló Ray poniendo sus manos juntas –ninguno de nosotros quiere hacerlo–. 

–¿Y yo sí?– pregunté sarcástica. 

–Si– dijo con una sonrisa –ahora ve allá adentro y saca a nuestro querido amigo para seguir con la fiesta–. 

Rodeé los ojos y me crucé de brazos, hice una mueca con mi boca para después mirar a todos. 

–No– volví a decir –no, no y no–. 

–Vamos, ____– dijo Jasper mientras se acercaba hasta mí –por favor, te prometo que no haré nada que te moleste–. 

–Estas demasiado cerca– dio un paso para atrás –me has dicho eso siempre que quieres algo y siempre haces cosas que me molesten–. 

–No tienes pruebas–. 

Alcé los brazos indicando que parara al mismo tiempo que caminaba a donde Charlotte para pedirle un poco de apoyo, ella era la más consciente de todo siempre, aunque nunca la escuchaban, nunca. 

–Char– dije con esperanza en mi voz –algo de ayuda, por favor–. 

–No lo sé, ____, tienen razón, ninguno de nosotros quiere ir–.

–¿Y eso qué? Yo tampoco quiero, y me están obligando–. 

Mi amiga abrió la boca titubeando un poco –solo ve por el mapache, lo harás muy bien, espántalo, no creo que sea tan complicado, ya ve–. 

Me tomó de los brazos empujándome por el pasto, tropecé un poco al momento de caer sobre la madera, pero sin caer completamente logré incorporarme. Grandes amigos los que tengo, grandes amigos los que tengo. 

Tomé la perilla de la puerta para poder abrirla, la giré lentamente para después empujarla con cuidado sin hacer ni un solo ruido. Pasé mis pie por la puerta y logré mirar hasta la cocina, el mapache estaba sobre la isla, comiendo el pastel que estaba ahí, pero por alguna razón había una persona de espaldas justo a lado de este, cabello rubio y camisa de manga larga. 

–¿Henry?– pregunté extrañada –¿qué haces?–. 

Él chico se volteó hacia mí, tenía la comisura de los labios llena de merengue blanco y en su boca al aparecer hacía un gran pedazo de pastel. 

–Ho... la– respondió.