6. Desastrosa escapada

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— ¿Pero qué les pasó? —Conan se ríe en cuanto entramos al cuarto.

Hace un ratito llegamos de la plaza.

—Lo que pasó fue Ava —explica Ares adentrándose al cuarto en busca de algo en la silla del escritorio, al rato lo veo es tomando una toalla del armario luego de descartar l silla.

—Ni siquiera llovió —apunta Robin desde la cama con un libro de tapa dura color azul en sus manos.

—Se metió en una fuente y tuve que ir a buscarla —sentencia la conversación la cabeza del grupo empezando a despojarse de su ropa mojada. Le veo la espalda desnuda y no puedo evitar morderme el interior de la mejilla.

En ese momento la resolución golpea a Robin, a Conan y hasta a mí.

— ¿Salieron?, ¿los dos salieron? —la voz de Conan está teñida de desconcierto. Ares le lanza una mirada gélida sobre su hombro que lo hace ponerse de pie — ¿Por qué no me dijiste que iban a salir?

"Bueno, Ares ya nos exhibió".

—Porque no era tu problema —escupe el rubio español metiéndose en unos pantalones nuevos luego de quitarse la ropa interior —obvio que no ví nada— y los pantalones mojados —. Ya salimos. Fin de la historia.

Conan arruga las cejas, la emoción en su rostro es furiosa, su gesto es peor. Luego toma una inspiración profunda antes de asentir duramente y dirigirse a la salida del cuarto.

Le echo un vistazo a Robin que se encoge inmediatamente de hombros perdido en la conversación.

Ares no me dice nada por lo que decido salir en busca de Conan por una explicación de su parte; no obstante, en ese momento Ares habla:

—Se ha cabreado y no tienes que ir a buscarlo. Tan solo quería salir con nosotros —lo observo, el cabello lo tiene húmedo todavía, yo debo de verme peor que él.

— ¿Por qué no le dijiste?

"Hipócrita, nosotras no le dijimos". Pienso.

—No necesitaba a alguien más sobre mí —sisea y me siento herida por un segundo. En su gesto veo que no midió sus palabras y mueve la boca arrepentido.

—Si no querías gente sobre ti entonces no me hubieras pedido salir —esgrimo. Robin me ve como si me hubiera salido una cabeza de más, como si yo estuviera loca pero no se mueve ni dice nada —Voy a la biblioteca —digo —ni siquiera me esperen.

Así pues, con toda la ropa mojada salgo del cuarto dejando a Ares en el umbral de la puerta sin tiempo de decir nada.

La biblioteca me relajó un poco. Leer esos libros nunca me aburriría, pero ya se estaba haciendo tarde y debía ir a almorzar, así no quisiera verle la cara a Ares me tocaba hacerlo.

Mi ropa se había secado un poco y mi cabello estaba enredado, aún así me dirigí por los pasillos del castillo y sus salones a donde se encontraba el comedor lleno de chicos. Mi grupo estaba en la mesa asignada con Justin de polizón. El coreano discutía con Robin con lo de siempre: llamarlo coreano en vez de chino.

Tomo asiento en medio de Justin y Robin con mi charola llena de comida pasable esta vez.

—Hola, Ava —me saluda Justin con una sonrisa amable en sus labios, sus ojos volviéndose pequeños al sonreír. Le devuelvo la sonrisa pero es más tensa de lo que prefiero.

High School Pyrex ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora