8. Paradas silenciosas

1.8K 161 50
                                    





No he entrado al cuarto cuando Conan junto a Robin me suben en uno de sus hombros como una silla, me aferro bien a las nucas de los chicos con el temor de que voy a caerme en cualquier momento pero ellos me tienen las piernas prensadas y Ares me pone las manos en la espalda como respaldar.

—Me agrada que estén felices y me brinden seguridad mientras me tienen en sus hombros pero bájenme, por favor.

Mi voz suena temblorosa y divertida, y claro; ellos ni caso me hacen.

Hace minutos los Pyrex nos dijeron que éramos uno de los grupos ganadores de ese viaje en carretera a una de sus propiedades; y hace segundos los muchachos volvieron a celebrar luego del anuncio.

—Por favor, ya pueden bajarme —pido de nuevo con una sonrisa algo temerosa, por suerte esta vez sí cumplen lo que les he pedido dejándome en el suelo con rapidez —. No voy a preguntarles si están emocionados porque lo veo en sus caras —Robin no oculta su emoción porque me abraza y empieza a saltar conmigo. Su buen humor es contagioso pero ya me ha zarandeado mucho esta tarde.

En cuanto me suelta tomo asiento en mi cama.

— ¿Cuándo nos vamos? —no puedo obligarme a no preguntar, me pica la garganta de curiosidad.

—Los Pyrex nos dirán o la misma Sor Margareth —apunta Ares tomando asiento junto a mí.

—Después de tanto —celebra Conan con una pelota de goma en su mano, la lanza a la pared agarrándola con pericia, —al fin nos toman en cuenta.

—No sé qué milagro hicimos pero muero por irme de aquí a tomar vacaciones —Robin se deja caer en mi cama detrás de mí y Ares, su gesto es dramático al ponerse una mano en el pecho. Aunque no dura lo suficiente pues salta como resorte de mi cama — ¿A dónde creen que nos lleven?, Escuché que tienen una casa de verano.

—Oí por los pasillos acerca de su pent-house —recalca Conan, y Robin por supuesto que concuerda.

—Yo quiero ir a la que tiene piscina y jacuzzi. Esos tipos cagan dinero, que no nos pongan en una propiedad nada lujosa.

Mientras los dos discuten Ares me hace un gesto con la cabeza para que lo acompañe fuera de la habitación. No dudo en hacerlo y en cuanto cierra y quedamos en el pasillo su expresión alegre por la noticia desaparece y a mí se me sube la sangre en ese instante, parece intrigado.


—No te llegué a preguntar pues no quería molestarte en ese momento porque te había dado la caja de dulces pero, ¿qué hacías hablando con Blake Booth?

Arrugo las cejas.

— ¿Blake? —estoy perdida al inicio hasta que —: ¡Oh! Ya entiendo, con quien hice ejercicio —asiente —, no es para tanto, Ares, es un amigo que conocí ayer luego de... —las palabras se traban en mi garganta, no había recordado lo de la fogata hasta ahora, y lo que se atoró en mi tráquea muy a mi pesar tengo que dejarlo ir en palabras después —: Luego de que llegué sola para acá.

Ares aprieta los labios asintiendo. Tampoco me molesto en no esconder mi tono reprochante al recordárselo.

—Discúlpame tanto a mí como a los muchachos, pero, si tan solo te hubiésemos seguido Harriet hubiera armando un drama del tamaño de España por querer ir detrás de ti sabiendo que apenas te conocemos.

High School Pyrex ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora