10. Curiosa preferencia

1.8K 160 73
                                    





La primera cachetada mental llega.

La segunda también.

La tercera no existe... Porque es una patada en el estómago.

No quiero ser hiper consciente de que Ares me acaba de preguntar eso; muy a mi pesar sí lo soy.

El español espera respuesta de mi parte, ¡pero no puedo dársela! Es casi imposible que mi uso de razón para hablar funcione cuando ni siquiera puedo parpadear bien ante el estupor de su cuestionamiento.

Menos mal sí sé cómo respirar en este momento, si no, estaría ahogándome.

Prefiero detallar a Ares antes de responderle, prefiero mil y un veces antes decirle lo bonito que duró nuestro pequeño momento con el deseo anterior pero se acabó ya.

—Creo que... No es el momento —intento ser lo más sincera posible. Ares por su parte mantiene una mueca desconcertada ante mi displicencia por el asunto. Diligente, guarda la lista en el tablero junto a su celular mirándome con el desconcierto en su ápice de altura.

—Toqué un tema sensible, me imagino.

—No —niego, pues no es un tema sensible, es en cambio, un tema tan fuerte que abruma todo a su paso. Y lo peor de todo es que para ser tan fuerte y abrumador no es malo, es desgraciadamente la cosa más buena de todas —. Es solo que no estoy preparada para ese tipo de preguntas.

Mi banal intención de sonar despreocupada por la situación, el deseo y la cara de Ares: es una caída en picada con posible explosión al final para que no quede rastro de que alguna vez existió.

—No debes mentirme —me dice —, puede que te conozca de hace poco pero sé cómo eres.

—No lo sabes —aseguro.

—Sí, sí lo sé. Y con lo que pasó mucho más —arqueo las cejas sorprendida de la seguridad que Ares transmite.

—Si tanto sabes de mí ¿Cómo soy en realidad?

—No es que me sepa toda tu vida desde abajo hacia arriba, simplemente sé los pequeños detalles que me proporciona el ser observador y saber leer a la gente.

Murmuro pensativa quitándole la gorra en juego. Me la coloco sobre mi cabello mojado y el aroma de su cabello que dejó en la gorra se impregna al mío.

—Pruébame.

El reto en mi voz es palpable. Parece irónico que hace segundos me sentía fatal por el deseo tachado y ahora esté retando a Ares a decirme lo que sabe superficialmente de mí.

Después de un suspiro comienza.

—Eres quisquillosa, sabes lo que quieres pero también eres muy torpe —enfatizo mi desagrado por la descripción por medio de una mueca —También eres tímida a veces, y no eres mala, aunque cuando juegas Ludo sí eres mala.

—Supéralo, te gané.

Me ignora.

—Intentas verle el lado bueno a todo, casi, casi intentas verle el lado bueno a todo — se corrige —. Eres fácil de tratar, no te enfadas a menos que sea de verdad y sí te enfadas, también eres bastante vaga.

—No lo niego.

—Y buscas enmendar las cosas, tanto como tú como para el que la tiene que enmendar. Eres impresionante, asombras mucho, no eres superficial como las demás chicas que he conocido. Tu espíritu aventurero es desagradable —suelto una risotada —, y aún así caes bien, mola estar contigo.

High School Pyrex ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora