High School Pyrex ✓

9. Peculiar reconciliación

Uno...

Dos...

Tres... Segundos pasan cuando decide en liberarse de mi agarre.

Está dispuesto a huir lejos de mí con las intenciones de no volver a enfrentarme pero, aunque se merezca todo mi desprecio por su indiferencia hacia mí luego de ese beso ni siquiera puedo pensar en ignorarlo yo a él, no cuando he estado tan ocupada pensado en él y en el beso; no cuando deseo hablar con Ares; no cuando sé que muy en el fondo Ares se guarda algo más para él.

—Déjame ir —pide con voz suave, le niego el huir de mi habitación cerrando con pestillo —. Ava —me regaña, pero no me importa —, déjame ir, por favor.

—No hasta que me digas porqué me besaste.

—Te he dicho que no me buscaras luego de hacerlo.

—Lo dijiste, lo he oído y sé que me lo pediste porque tienes miedo de enfrentar lo que pasa después, Ares.

—Según tú ¿cuál es ese después?, ¿huh?

—El beso, tu negación al afrontarlo —arruga sus cejas despectivo con la situación — ¿Por qué no puedes afrontar el beso, Ares?, ¿por qué no puedes...?

—Cumplí tu deseo. Cumplí ese estúpido beso.

— ¿Luego de que yo te lo di?

—Al menos te lo di, ¿no?

— ¿Y qué se supone que tengo que decirte?, ¿gracias? —Me da una mirada recelosa —, ¿te pusiste así por lo de Harriet?, ¿porque te eché en cara lo de Harriet?

— ¿Qué? ¡No! —suelta —, no me puse así por lo de Harriet, la hermana de Seth no es para nada relevante en esta conversación. Me puse así porque cuando me besaste hiciste que me sintiera de alguna forma... Consternado.

— ¿Es en serio?

—No me lo esperé, yo pensaba en hacerlo tiempo después, cuando no pareciera raro hacerlo.

—Pero sí lo hiciste raro —señalo lo obvio —, pusiste absolutamente todo raro, Ares.

— ¿Yo? —pregunta indignado —Fuiste tú quien me besó primero.

—A diferencia tuya yo sí traté de hablarte, traté de no hacerlo parecer tan raro como tú, pero me ignoraste ¿Por miedo?, ¿por qué me ignoraste? Si dices ser tan maduro entonces comienza a aprender a aclarar tus cosas y las cosas que haces —lo señalo con mi dedo índice.

Él toma mi dedo bajándolo con todo y mano.

— ¿Qué hubieras hecho en mi lugar? —cuestiona con severidad —, Sí sabes cómo soy, sí sabes que pude lastimarte verbalmente ¿Qué hubieras hecho en mi lugar?

—Ares, me da igual si me lastimas con palabras yo lo que quiero saber es el motivo de por qué me besaste —mi voz suena una octava más alta, y, no sé si es la frustración del momento.

— ¿Es todo lo que quieres saber?

—Por eso te pregunté desde un principio lo ocurrido. Sacrifiqué una de mis preguntas solamente para sacarte información, para no alargar el tema y que me lo dijeras de una buena vez.

—Porque quise —confiesa y casi, casi, me ahogo con mi propia saliva, sino es porque pensé fríamente ya estaría tosiendo como una estúpida —. Porque yo quise besarte —se sincera, algo en mí parece vibrar, encenderse y ponerme los vellos de punta —. Pero besarte, no fue la gran cosa.