7. Fumador nocturno

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Es un choque simple de sus labios contra los míos. Sus labios se sienten suaves y esponjosos contra los míos, que probablemente saben a Seven Up. Nunca había dado mi primer beso. Nunca. Al mentirle a Conan me decía también a mí que jamás me besarían, y, vaya que no me besaron...

Yo lo besé a él.

A quien menos pensaba.

Y por si no fuera poco, infantilmente subo mi pierna derecha, como en los cuentos de hadas, donde la princesa se queda con el príncipe y viven felices por siempre.

Burlense, pero soy feliz.

Aferro mis manos en la sudadera de Ares, pero no siento las suyas hasta ya muy tarde cuando por fin se anclan a mi cintura atrayéndome a su cuerpo. No sé cómo describir el beso, porque en realidad se siente como un batallón en mi estómago con mariposas revoloteando sin sentido, también siento lo mullido de su boca tal cual un algodón, un malvavisco, una gomita.

De un momento a otro sus manos dejan de estar en mi cintura y se van directo a mi mandíbula para separarme de él con un pequeño chasquido de nuestros labios.

Alzo la mirada hacia los ojos avellanados de Ares cuando suelto el aliento que tenía retenido luego de besarlo.

Sé que lo he sorprendido con mi pequeño arranque de valentía pero, como le dije: "ya quería salir de eso sin reclamarle". Sus cejas se juntan pues su ceño fruncido me hace entrar en pánico, sin embargo la mirada que me echa es incomprensible, es una de... ¿admiración?

Entonces, el agarre de sus manos se aprieta y me comprime los cachetes.

"¿Qué demonios?".

—Jodida ardilla rabiosa y valiente —masculla con la voz enronquecida —, se suponía que era yo quien te iba a dar ese beso.

—Pues me adelanté —digo como puedo por mis cachetes aplastados entre sus manos frías a causa de agarrar el six-pack de Seven Up.

Me suelta, al igual que suelta un suspiro en el proceso. Sacude su cabeza en una negativa.

—Cada día me sorprendes, Ava —confiesa —, y hoy, me has dejado pasmado.

—El Seven Up ayuda.

"Yo excusando mis ganas de besar a Ares".

—Ya puedes tacharlo de tu lista —me recuerda con un tono encantador y amistoso, tomando el six-pack dirigiéndose entonces por el camino de tierra a la fogata mucho antes que yo.

Aquí sola puedo pensar las cosas de una manera que en algún momento me harán chillar de emoción. Sacudo la cabeza volviendo a la realidad. Lo sigo luego, yendo directo a donde está Seth calentándose las manos en la fogata alejado de mi grupo y el suyo.

— ¿Y esa cara? —le pregunto en cuanto tomo asiento junto a él.

—El frío —contesta risueño frotando sus manos —. ¿Qué hacían? Tardaron mucho.

"Uy...".

—Estaba discutiendo con él porque no me quería dar una Seven Up —miento.

— ¿A quién no le gusta el Seven Up?

— ¡A mí! —Robin llega por detrás de nosotros respondiéndole a Seth —Hola, Seth, ¿cómo te trata la vida?, ¿todo bien?, ¿todo correcto?

—Y yo que me alegro —se ríe él —. Si , Robin, gracias por preguntar —añade.

—Vale. ¡Ava! —suena una octava más alto —, deja tu distanciamiento social y acércate a conocer al grupo —hago un ademán con las manos para que no me introduzca en su mundo. Si ya estoy muerta de miedo por habernos fugado no quiero amedrentar mi pánico y nervios conociendo a sus amigos y amigas del internado —. Anda, Ava, Seth también viene porque sabe que le conviene —le lanza una mirada de advertencia la cual dura poco pues regresa a con su alegre humor casi de inmediato.

High School Pyrex ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora