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Iba a dividir el capítulo en dos porque era muy largo y luego pensé como, hmmm we don't do that here   /les lanza un cap de 12K+ (perdón)










No supo por qué, pero todo su cuerpo se estremeció y un escalofrío de mal augurio atravesó su columna, levantándole los pelitos de la nuca en señal de alerta.

Su mirada era dura y su posición de combate, listo para lanzarse hacia él en el caso de que fuera necesario.

En apenas segundos Jimin estudió toda el área, como esperando que salieran soldados de las paredes, y no supo cuánto tiempo se mantuvo esperando por algo, pero fue lo suficiente para que la tensión subiera por todo su cuerpo y el miedo viajara como un veneno por su sangre al no entender lo que estaba ocurriendo, cuando no vio soldados moverse por algún lado y solo estaba el chico ahí de pie en la entrada de la sala.

—Mingyu, ¿quién eres? —fue lo único que atinó a decir, dudando si es que realmente ese era su nombre o algo.

—Responderé eso la próxima vez que nos encontremos. —Mingyu retrocedió unos pasos, saliendo de la celda y se acercó a la caja de seguridad, donde él había colocado el pulgar del soldado lastimado minutos atrás. Lo vio maniobrar ágilmente los dedos sobre esta y luego hubo un sonido mecánico, como engranajes retorciéndose, ruido de metales oxidados que no habían sido movidos por años.

Jimin se volteó hacia el ruido detrás de él, sin dejar de apuntar hacia al frente cuando notó la pared donde Yoongi había estado recostado comenzar abrirse, lentamente, haciendo que toda la sala tiemble y tierra rocosa cayera de la apertura.

Se tragó un nudo y simplemente se giró hacia Mingyu en busca de alguna explicación, la obvia confusión en todo su rostro, no entendiendo nada de lo que estaba pasando, ni como es que la situación dio este giro tan inesperado, el cual nunca se imaginó.

—¿Quién mierda eres?

Mingyu alzó las cejas. —Te daré está oportunidad —le dijo, levantando su mano, indicándole que siquiera el camino rocoso y lleno de moho que se mostraba tras la pared recién descubierta—, espero que no la desaproveches, niño.

—¿Cómo sé que no es una trampa?

Jimin lo vio reír despreocupado, como si la situación alrededor de ellos fuera demasiado ajena ante sus problemas, como si no tuviera el mismo nivel de adrenalina y desesperación que él.

Eso no hizo más que hacerle fruncir el ceño, preocupado ante su reacción. Además, que Yoongi tras suyo estuviera gruñendo constantemente, no hacía más que alterarlo, Jimin no sabía cómo hacerlo volver de su trance animal, el cual parecía mantenerlo cegado y alejado de toda la situación que vivían ahora mismo.

Ante su mirada seria y dura, Mingyu no hizo más que ladear la cabeza y levantar una comisura de su boca, como si fuera una simple diversión para él, aquella fachada de soldado recto y tímido que había conocido antes, perdida en alguna parte de toda su postura erguida y confiada.

ÓNICE #1; yoonminWhere stories live. Discover now