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Yoongi no podía respirar, en algún punto perdió el aliento, quizá cuando soltó un jadeo inconsciente, cargado de miedo; o cuando sus ojos quedaron abiertos y plasmados, picando por lágrimas que no derramaba porque era demasiado para asimilarlo. Toda su musculatura se tensó, de un segundo a otro, quieto, como si no pudiese moverse, como si su cuerpo no reaccionara, aunque, en efecto, así era, no estaba reaccionando, no podía pensar, no podía razonar, nada llegaba a él ni cuando la presión en las paredes de su cráneo aumentó, haciéndose más profunda, la misma presión viajando hacia el centro de su pecho, donde un dolor agudo punzó y apretó en lo más hondo de este, tan agudo que sería capaz de gritar si tuviera las fuerzas, pero no las tenía, porque el dolor buscaba tragarlo, atravesarle el alma, quitársela y dejarlo finalmente vacío.

Y sólo fue ese mismo dolor, sintiéndose tan real, el cansancio tan vivo, lo que lo hizo consciente de todo. Se estaba muriendo.

No solo él.

Sino que ambos. Ambos se estaban muriendo.







Tres días antes.







—Creo que a la media noche es buena hora —Hoseok dijo, cargando unos bolsos grandes con ayuda de Mingyu, hacia el fondo de su camioneta, una RAM trucks que de seguro no pasaría desapercibido si lo que querían era salir de Seúl lo más sigilosamente posible. Cuando tuvo el trabajo listo, miró hacia quienes iban dirigidas sus palabras—, asegúrense de tener todo listo a esa hora.

Yoongi y Jimin asintieron, y cuando el lobo estuvo a punto de hablar, Mingyu lo hizo primero.

—¿Qué hacemos con Jimin?

—¿A qué te refieres? ¿qué hay conmigo?

Inesperadamente, Hoseok rió, pero salió como un aire flojo de sus labios, un bufido irónico cuando sus ojos iban de Jimin a Yoongi, una y otra vez, como si estuviera esperando que le dijeran que la pregunta había sido en tono de broma.

Supo que no cuando ninguno de ellos quitó las facciones confundidas de su rostro mientras le miraban esperando una explicación.

—Chicos... hasta yo lo sé...

Era extraño su comportamiento, Yoongi pensó, mirando al cazador de vampiros de manera fija, como si tratara de intimidarlo cuando en realidad quería ver más allá de aquella mirada que lo hacía lucir como si estuviese enterado de muchas cosas que ellos no.

Y es que Yoongi en su mente intentó recapitular cuál era el problema con Jimin, llegando a nada como conclusión porque todo el día de ayer y hoy se la habían pasado entre llamar a la manada e idear un plan para salir de Seúl.

Y por más que Yoongi había querido acurrucarse contra Jimin, llenarlo de caricias y abrazos, tocar sus labios para recordar el sabor y la suavidad de estos, reviviendo la noche en que sí pudo hacerlo, sabía que sus necesidades personales estaban lejos de ser primordiales ahora, no cuando estaba tan enfocado en esto.

ÓNICE #1; yoonminHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin