➳setenta y seis

2.5K 368 138
                                    

samuel

—¿Estás bien, cariño? —me habla mi madre.

—¿Mmh? —volteo a verla.

—Estás algo distraído y un poquito ido—contesta.

—Sólo estaba pensando en algunas cosas.

—¿Cosas? ¿qué cosas?

—Emh, cosas.

—Dime, Samuel—ordena.

—¿Decirte qué? No entiendo—le miro simulando estar extrañado.

—Sí que entiendes, no puedes sólo decirme que estás pensando en "cosas", ahora me dirás qué es lo que te pasa—me dice, luego se acerca y toma asiento en el banco al lado mío.

—Es que no me pasa nada, esta todo bien, en serio—digo.

Bah, ni yo me la creo.

—Algo anda por tu cabecita, te conozco, ¿no piensas contarme? —se cruza de brazos.

—Es que, mamá...

—No, nada, no quiero pretextos.

—No estoy poniendo pretextos, no me pasa nada.

—Sí te pasa, anda, ¿o ya no me tienes confianza? —pregunta haciendo una mueca.

—No es eso, es que... —me quedo pensando por algunos segundos.

—Se supone que siempre nos contamos todo, ¿no? Sabes que aquí estoy siempre para escucharte, por cualquier cosa, Samuel—se sincera.

—Sí, lo que pasa es que... Dios, ni yo mismo me entiendo—paso una de mis manos por mi cabello.

—Dime qué es lo que te pasa, ¿tienes algún problema con algo... o alguien? —me interroga.

—Eh, no lo sé, no sé cómo explicarlo, no sé cómo decirlo, ni siquiera sé lo que pasa—recargo mi cabeza en la encimera y oculto mi rostro.

—¿Sobre qué es? ¿es algo grave? Sabes que te ayudaré en lo que sea, hijo—ella comienza a pasar su mano por mi cabello.

—No lo sé—musito.

—Si no estás listo para decirlo... —comienza a hablar.

—Creo que sí lo estoy—le interrumpo—, sólo que no encuentro las palabras.

—¿Entonces cómo piensas decirme? —cuestiona sin quitar su mano de mi cabello.

—Ahh... —digo, sin cambiar mi posición.

Empiezo a buscar en la bolsa de mi sudadera, hasta que encuentro lo que busco; mi celular, lo saco y se lo paso a mi madre, igual ya no tiene contraseña.

Siento cómo lo toma y yo lo suelto, segundos después quita su mano de mi cabello, quedándose en silencio. Supongo que ya está viendo el móvil y todo, hace ya un rato que lo apagué y lo dejé en una aplicación en específico.

Escucho como suelta algunos susurros, pero ni eso hace que levante la cabeza y ahora sigo en la misma posición.

—Ya entiendo—habla después de un par de minutos.

—¿Mmh? —musito.

—¿Es por el último mensaje? —pregunta, dejando el móvil sobre la encimera.

—Sí—contesto y por fin levanto la cabeza, dirigiendo mi mirada a mi madre.

—Ahh, ¿por eso lo dejaste en visto? —vuelvo a asentir—. Sólo buscaba tu ayuda, ¿o no es tu amigo?

¡rubio, ponte el cubrebocas! ➳rubegetta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora