➳ochenta y uno

2.6K 417 172
                                    

samuel

—No me gusta cuando te vas—dice Rubén, mientras se cruza de brazos.

—Pero si aún no me voy, cabezón—río.

—Agh, pero ya casi te vas.

—Falta como media hora.

—Pero el tiempo pasa rapidísimo cuando estás con la persona que te gusta.

—Lo has vuelto a decir—río.

—¿Qué? —se queda un momento pensando—. Mierda.

—Esa boca—le regaño.

Rubén frunce el ceño y hace una mueca de enojo; de verdad que parece niño pequeño.

Volteo hacia otro lado, topandome con el perro negro que está echado al lado de uno de los sofás, hace un rato Rubén le dejó de molestar sólo porque le mordió la mano, porque el muy tontito le jaló las orejas, no sé por qué lo hizo, pero fue gracioso. Hasta que recordé que un día su gata me hizo lo mismo, pero me volví a reír, porque el karma le llegó y me tocó a mí reírme de él.

Le sigo mirando por unos cuantos segundos más, hasta que se queda completamente dormido y dirigo mi mirada nuevamente al rubio que tengo al lado; le veo más "tranquilo", está casi recostado en el sofá, con la mirada perdida y una cara que le hace ver más bobo.

—¿Te pasa algo, Rubén? —le pregunto.

Él no contesta y sigue mirando a quién sabe qué.

—Rubén—le llamo—, ¿Rubén?

Dios, ¿y si se le ha deshecho el cerebro completamente? ¿si los aliens lo han contactado de manera telepática y se han llevado su mente? Jo, ya estoy pensando en cosas tontas igual que Rubén, estar con él sí que me ha afectado.

—¡Rubén! —casi grito y le tomo del hombro, para hacerle reaccionar.

—¿Eh, eh? ¿qué pasa? —vuelve a la realidad y me mira totalmente confundido.

—¿Estás bien? Estabas como "ido"—le digo, sin quitar mi mano de su hombro.

—¿Qué? —pregunta nuevamente.

—Jo'e, macho, ¿qué tienes? —cuestiono, esta vez siendo yo el que está extrañado.

—Es que—mira mi mano en su hombro, la toma y la quita de ahí, dejándola encima del sofá—, no sé.

—¿Cómo? ¿de qué hablas? —trato de procesar todo lo que acaba de hacer.

—No sé cómo actuar ahora, después de lo que pasó, joder—suelta y luego deja caer su cabeza en mi hombro.

—Hey... —trato de tomar su rostro, pero él me lo impide.

—No hagas que te mire, porque me voy a poner rojisimo y me voy a morir—dice rápidamente, mientras sigue tomando mi muñeca con su mano.

—No seas exagerado—le digo, sonriendo divertido.

—No soy exagerado, o tal vez sí, pero como me gustas muchísimo tengo que hacerlo. Y tampoco puedo dejar de decírtelo, así que cállate y déjame disfrutar este bello momento, por favor—susurra, sin cambiar su posición.

¡rubio, ponte el cubrebocas! ➳rubegetta Where stories live. Discover now