➳setenta y siete

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rubén

—Hijo, ¿podrías dejar de dar vueltas? Me mareas—me dice mi madre.

—¿Qué? —volteo a verla, pero sin dejar de caminar de un lado a otro.

—Que dejes de dar vueltas, llevas rato haciendo lo mismo—dice.

—Es que no puedo evitarlo, no sé cómo... mis piernas se mueven solas, ¿ves? —señalo hacia abajo.

—¿Tienes que venir a fuerzas a dar vueltas a mi habitación?

—No, pero...

—¿Entonces?

—Es que Samuel, mamá, él tiene la culpa—susurro.

—¿Eh? ¿quién? ¿Samuel dijiste? —asiento—, ¿qué pasa con él?

—¡Me dejó en visto! —casi grito—, ¡no me ha contestado! Y no, mamá, no se le fue el internet ni nada, le llegan los mensajes.

—Eres un exagerado, Rubén, no pasa nada si alguien te deja en visto—toma su taza de café entre sus manos.

—Pero es que yo le dije algo que no debió de dejar en visto, era obligatorio contestar—agito mi móvil en el aire.

—¿Qué le dijiste? —pregunta, para después darle un sorbo a su bebida.

—Le dije que me gusta, bueno n... —trato de decir, pero mi mamá casi se ahoga con su café y abre los ojos exageradamente.

Estoy seguro de que casi escupía el café.

Ella trata de calmarse y me mira, dejando su taza de café al lado.

—¿Cómo? —pregunta demasiado sorprendida.

—¿'tas bien? —pregunto, parando mi andar.

—Sí, sí, perdón, ¿cómo que le dijiste que te gusta? —la escucho un poquito más calmada.

—No, no se lo dije, sólo... —miro mi móvil, buscando el último mensaje que le mandé al guarro y que sí leyó—, le escribí, eh... "me gusta alguien, pero no sé cómo decirle sin que me mandé a tomar por culo, ¿qué debo hacer?".

Mi madre se queda pensando mientras me mira con una mueca seria.

Es que ni yo entiendo qué coño pasa, nunca entiendo nada y agh, encima ni siquiera me dijo nada de "isi bici", ¿o se habrá enojado por eso? ¿sí? ay no, he dicho cosas peores y no por eso me ha dejado en visto o me ha terminado la llamada, no sé qué hice mal y de verdad quiero saberlo y, mierda. Ya la he cagado.

—¿Se enojó? —por fin habla ella.

—¿Mmh? Eso supongo—respondo.

—¿Le mandaste más mensajes o sólo has estado dando vueltas por todos lados? —pregunta dejando de lado su trabajo y girando su silla hacia mí.

—Sí, pero no me contestó, ¡ni siquiera los leyó! —chillo.

—¿Cómo sabes que no? —me mira obvia.

—Porque... ohh, ahora me siento peor, me está ignorando—aprieto el móvil en mi mano.

—Tendrá sus motivos, no creo que pase nada si no hablas con él por un día, ¿o sí? —trata de tranquilizarme.

¡rubio, ponte el cubrebocas! ➳rubegetta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora