¡rubio, ponte el cubrebocas! ➳rubegetta

➳ochenta y nueve

[espacio para los que vienen llegando, lleven su pan de muerto]

rubén

—Hijo, hijo, Rubén...

Abro los ojos por un par de segundos, viendo una silueta frente a mí y luego los vuelvo a cerrar.

—Rubén, te estoy hablando.

—¿Qué?

—Voy a salir a por las compras, ¿quieres algo?

—¿Eh? ¿qué vago?

—Dios, creo que eso es un no. Igual voy a salir, despierta ya, que es tarde, adiós.

No vuelvo a responder nada y me dejo caer en el tremendo sueño que traigo, pero no por mucho; el móvil comienza a sonar y ahora es donde me preguntó; ¿por qué no lo tengo en silencio? No lo sé.

Estiro la mano hacia la mesita de noche que tengo al lado de la cama, buscando a tientas el estúpido celular que no deja de sonar, qué puta flojera.

Al fin lo encuentro, pero como soy bobo se me cae y escucho el golpe que se da en el suelo. Me cago en la puta y lo peor es que no ha dejado de sonar.

Me siento demasiado obligado a abrir los ojos y así lo hago, localizando el móvil a un lado de mi pantufla, que no sé ni por qué la tengo si siempre ando en calcetines o descalzo, en fin la hipotenusa del encierro.

Tomo mi celular y me fijo quién coño está llamando a esta hora. Auron, el puto calvo come mierda, sin ofender a Luzu, ¿qué cojones quiere?

Contesto la llamada y me pongo el móvil en la mejilla, para contestarle al imbécil.

—¿Qué quieres, gilipollas? —contesto de mala manera.

—Amanecimos bravas, ¿eh? —escucho su risa del otro lado.

—¿Qué quieres? Dije.

—Ah, vale, ya, el sábado es Halloween, ¿qué harás para Navidad?

—Mandarte a tomar por culo por puto imbécil.

—¿Con esa boca besas a tu madre? —me dice con una voz demandante.

—Y a Samuel, también—agrego en un tono divertido.

—¿Qué? Ya, Rubius, en serio, ¿qué harás? —vuelve a preguntar.

—¿Qué quieres que haga? ¿que salga a pedir dulces y en lugar de eso me den gel antibacterial y cubrebocas? No es una mala idea. Otra opción es que me manden a la mierda por salir de casa, interesante—respondo.

—Sólo preguntaba, Luzu y yo veremos películas de terror mientras hacemos videollamada, usando la opción esa de Messenger.

—¿Me hablaste sólo para decirme eso? Qué perdida de tiempo, aunque yo podría ver películas de terror o tu cara; las dos opciones dan miedo. O veré el especial de Halloween de los Simpsons, vaya, si hay muchas cosas que hacer.

—Entonces duchate, cabrón.

—No quiero, mejor dime; ¿por qué ya te has puesto el disfraz de cara de polla si todavía no es Halloween?