➳noventa y dos

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[espacio dedicado para la banda que viene llegando, casi se me olvida xd]

samuel


—Sí cuenta—casi grita Fargan.

—Que no—niega Willy.

—Sí cuenta y sí es, punto—el otro se cruza de brazos.

—Que no, la anécdota de cuando tu mamá se enteró que reprobaste cuatro materias no cuenta como historia de terror—vuelve a repetir.

—Mmh, vale, pero a mí sí me dio miedo, así que sí cuenta, joder.

Mientras ellos pelean por una ridiculez, volteo a ver a Rubén, quien está sentado a mi lado, mirando demasiado entretenido hacia Fargan y Willy.

Cuando terminamos de ver la película esa que nos hizo gritar a todos del susto, ya ninguno quiso ver otra, el plan era ver dos películas y luego salir hacia el jardín para lo de la fogata, pero no salió así. Es más, nadie quería salir al jardín, los obligué, prácticamente, tenían tanto miedo y me incluyo, pero me di cuenta que Rubén estaba tan emocionado y contento con ello que me vi en la obligación de hacer todo esto, sólo para que la pase bien.

Ah, los amigos de Rubén: Luzu y Auron, creo que eran, se fueron después de que terminara la película y de que se les bajara el susto, así que ahora sólo somos nosotros cuatro.

—Pero ya la has contado muchas veces, ya estoy cansado—se queja Willy, haciendo que vuelva a dirigir mi vista hacia ellos.

—Sí, pero Rubén no la ha escuchado, ¿cierto? —le pregunta al susodicho.

—No, sí, claro, eh, no, no lo sé—dice un tanto confundido—, emh, ¿sí?

—No le digas que sí, dice que te va a contar una historia, pero te contará 10; para que le entiendas—dice Willy.

—Cállate, ¿quién va a escuchar tú o él?

—Todos, porque todos estamos aquí, es que eres tan-

—¿Tú que vas a saber de mis historias?

—Porque te conozco y también conozco la mayoría de tus historias—habla con seguridad.

—Ya, como decía—Fargan ignora a Willy, volviendo su atención a Rubén—, te contaré la historia más horrorosa de-

—Ay dios, cállate—dramatiza el otro.

Se nota que está cansadísimo de las historias de Fargan, sobre todo de esa, yo la he escuchado unas cinco veces, es que el tonto se la cuenta a todos, ¿por qué? No lo sé, sólo él sabrá. 

—Dejame contarla, Willy—chilla, alargando la última letra.

Ellos se ponen a pelear nuevamente y no es hasta minutos después que se cansan y todos guardan silencio, siendo la madera quemándose por el fuego lo único que se escucha, además de las maldiciones que lanza Rubén en susurros cuando se le queman los malvaviscos.

—Voy a por mi celular y quizás me quedé allá, adiós—dice Fargan, levantándose y comenzando a caminar hacia la casa.

¡rubio, ponte el cubrebocas! ➳rubegetta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora