Lies

7- Decisiones

Harry se encontraba sentado en su cama, pensando en lo que había visto. Sabía que Snape estaba débil en una de las habitaciones cercanas, pero no era capaz de ordenar su cabeza con respecto a lo que sentía.

Ron, a su lado, ya estaba profundamente dormido, pero Harry no había sido capaz de conciliar el sueño, simplemente no había sido capaz de dejar de pensar en Snape.

Le sorprendía encontrarse a sí mismo preguntándose si Snape estaría bien, si las heridas serían demasiado dolorosas. ¿Por qué se preguntaba esas cosas? Después de todo, Snape no era nada para él, no era nada. Simplemente era un insoportable profesor de su colegio. ¿Sería simplemente que Harry tendía a preocuparse de más de la gente a su alrededor? Esperaba que fuera eso, porque la vergüenza que sentía por pensar en Snape de otra forma no lo dejaba dormir.

Decidió levantarse a tomar un vaso de agua. Tal vez eso lo ayudaría a despejar su mente y poder dormir.

Se levantó, y empezó a bajar las escaleras, pero cuando pasó por la habitación por la que sabía que estaba Snape, se detuvo, sin saber por qué. ¿Habría alguien adentro además de Snape, cuidándolo?

Abrió la puerta con cuidado, para encontrarse con Severus Snape dormido en una cama. Parecía realmente herido y débil, realmente destruido. Harry se acercó lentamente, sin saber por qué, y lo miró. Simplemente lo miró.

¿Lo quería muerto? Definitivamente no. Pero tampoco lo quería. Solo... se había preocupado mucho... cuando lo vio de esa manera.

-¿Necesitas algo?-preguntó la voz de Severus Snape, que lo miraba con los ojos entrecerrados-no soy una atracción, Potter, para que me andes mirando.

Harry se puso rojo como un tomate-solo... quería saber si estaba bien, señor. Además, el profesor Dumbledore me mandó a preguntarle si quería beber algo-susurró Harry, mintiendo.

Snape levantó un poco la vista-¿si quiero beber algo? ¿Desde cuando eres mesero?

-Lo hice... por amabilidad...-susurró Harry, incómodo-pero si no quiere nada, me voy.

Comenzó a salir de la habitación, pero la voz de Snape lo detuvo.

-Un vaso de agua no me haría para nada mal-dijo el profesor de pociones.

Harry se volteó a mirarlo y asintió-se lo traigo enseguida.

Salió de la habitación y bajó las escaleras corriendo. La cocina estaba desierta, al parecer todos habían ido a dormir. Sacó un vaso de uno de los estantes y lo llenó de agua, y luego subió lo más rápido que pudo.

-Tenga...-dijo, entrando a la habitación de Snape.

Severus abrió los ojos y lo miró, tomando el vaso con cuidado. Bebió un poco y lo dejó en su mesita de noche, para volver a cerrar los ojos. Harry, sin embargo, se quedó mirándolo en silencio, sin saber qué hacer.

-¿Necesitas algo más, Potter?-preguntó Severus, sin abrir los ojos.

-¿Qué le pasó?-preguntó Harry, sin poder contenerse.

-El Señor Tenebroso estaba de malas-respondió Snape, sin mirar a Harry-y me lo hizo saber.

-¿Por qué sigue yendo si sabe que... Voldemort-Severus abrió los ojos-puede herirlo?

-Porque es mi trabajo, Potter, y no soy un cobarde-respondió el profesor de pociones, con el ceño fruncido.

-Eso no sería ser cobarde... sería ser inteligente-respondió Harry, sin poder evitar una pequeña sonrisa.

Severus lo miró en silencio por unos segundos-¿tu dejarías de pelear?

Harry negó-claro que no.