Harry abrió la puerta del laboratorio de su padre lentamente y entró, sin esperar invitación. Sabía que esos días, un día antes de su cumpleaños, su padre estaba muy ocupado trabajando para restablecer las pociones de la enfermería en Hogwarts, sin embargo, tenía algo importante que hablar con él.
Había pasado una semana desde que habían tenido esa importante conversación, y no había habido ningún problema más entre ellos dos. Habían vuelto a ser lo cercanos que eran siempre, y Harry podía decir que estaba tremendamente feliz de vivir con su padre por fin.
Entró a la habitación, donde su padre se encontraba de pie frente a un caldero que emitía luces doradas. En su expresión de veía claramente la concentración, y Harry se preguntó si sería buena idea preguntarle algo en ese minuto. Estaba a punto de darse la vuelta para volver más tarde cuando su padre dijo:
-¿Necesitas algo, Harry?
Harry lo miró. Severus no había despegado la vista del caldero, pero parecía estar escuchándolo. El chico sonrió un poco, se acercó y tomó una silla, la puso frente a la mesa donde estaba trabajando su padre y se sentó.
-Necesito preguntarte algo...-susurró Harry.
-Adelante-respondió Severus, mientras medía unos ingredientes antes de echarlos al caldero.
-Quería saber... Quería saber si mis amigos podrían venir mañana, ya sabes... por mi cumpleaños.
A Harry le sorprendió lo rápido que Severus perdió la concentración, de pronto dejó de mirar lo que estaba midiendo y miró a su hijo, sorprendido.
-Que vengan... aquí.
-Si...-dijo Harry, ahora un poco nervioso-ya sabes... quiero que conozcan donde vivo... eres mi padre, y quiero que se acostumbren a eso, quiero que... te conozcan.
-Que me... conozcan-repitió Severus, con su típica voz seria.
-Bueno, yo conozco a los señores Weasley, también conozco a la abuela de Neville... y creo que pronto conoceré al padre de Luna, siempre nos habla de él. Incluso he visto a los padres de Hermione, son muy amables. ¿Por qué ellos no te conocerían a ti?
Severus miró a su hijo en silencio por unos segundos y susurró:
-Pero si... ellos ya... me conocen. Soy su profesor.
Harry rió y negó-lo sé... pero no quiero que te conozcan como el profesor de pociones, quiero que te conozcan como mi padre, ¿sabes?
-Como tu padre...
Harry asintió, esperando la respuesta de su padre, que parecía realmente sorprendido por lo que Harry le estaba pidiendo.
-¿Y cuántos... serían?-preguntó Severus, sin mostrar la más mínima emoción en su voz.
-Bueno... Luna, Neville, Ginny, Hermione y Ron... si aceptas, claro. Podríamos cocinar algo, Hermione dice que le gusta mucho cocinar, pero en Hogwarts no puede mostrar mucho su talento. Además, queremos jugar Quidditch... con mis amigos... Si... se... puede claro...-dijo Harry, perdiendo la emoción en su voz, al ver que su padre no hacía ningún movimiento ante la emoción de su hijo-¿qué dices?
Severus volvió a su trabajo y se mantuvo en silencio por unos segundos, sin contestar-mientras no venga ni Lupin ni Black, acepto.
Harry sonrió-¡gracias, papá!
-Y tampoco esperes que esté como payaso de fiesta en la mitad de todo, saludaré y me despediré, punto final.
-Vamos... ¿y el pastel?-dijo Harry, poniendo ojos de perrito.
आप पढ़ रहे हैं
Lies
फैनफिक्शनHarry Potter cree que sus padres son el peor tipo de personas que puedan existir, después de lo que su tío Vernon le dice. Pero, ¿qué pasa cuando, después de buscar en las cosas personales de su tía, se encuentra con que su padre no es quién él cre...
