Lies

15- Decepción

August fue liberado de la enfermería dos semanas después del accidente, debido a una fractura en sus costillas que había hecho una herida en sus pulmones, los cuales se terminaron infectando. August estuvo inconsciente por tres días, siendo cuidado por su padre, que no se alejó de él ni siquiera para ir a hacer clases, Dumbledore lo liberó de eso. Casi tuvieron que llevarlo a San Mungo, pero en el cuarto día, empezó a mejorar, abrió los ojos, y todos pudieron respirar más tranquilos de nuevo. August mejoró totalmente.

Harry, por su parte, estaba alejado de todos sus amigos. Sabía que Hermione no estaba enojada con él, pero Ron seguía sin hablarle, igual que los demás de Gryffindor, así que prefería mantenerse alejado. Se sentía tan avergonzado por lo que había pasado con August en el partido, se sentía tan mal cuando, en los pasillos, los de Slytherin le daban las gracias y los Gryffindor lo amenazaban, que había decidido, esa semana, la semana antes de Navidad, renunciar al equipo de Quidditch.

Estaba sentado en el la biblioteca, solo, haciendo sus deberes. Habría sido mucho más cómodo hacerlos en la sala común, pero prefería estar solo en la biblioteca a que lo molestaran y le tiraran comentarios hirientes en la sala común.

Estaba nervioso. Ese día, cuando subiera a la sala común, renunciaría al equipo de Quidditch de Gryffindor. Sabía que todos lo habían estado esperando, sabía que era lo correcto, lo que debía hacer. Pero no había sido capaz hasta ahora.

Harry de verdad amaba el Quidditch, más que nada en el mundo, y no era capaz de pensar en una vida sin él... pero sabía que debía hacerlo, para que así dejaran de molestarlo. Podían encontrar a otro buscador, otro que no tuviera a... un hermano en Slytherin.

Terminó sus deberes y subió a su sala común en silencio, mirando el suelo. De verdad no quería que llegara el momento de renunciar, pero... ya era hora. Tal vez así dejarían de molestarlo. Hasta los de Hufflepuff y Ravenclaw lo habían molestado, hasta ellos se habían reído de él. Todo el colegio parecía haberla tomado contra Harry Potter.

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Cuando llegó a la sala común, entró por el agujero y se sintió igual de nervioso que siempre al sentir que todos lo miraban con odio. Algunos empezaron a susurrar cosas como:

"Ojalá no fuera un Gryffindor"

Harry se acercó a Angelina Johnson, que estaba sentada con Alicia Spinnet y otras amigas, cerca de los gemelos Weasley, y susurró:

-¿Puedo hablar contigo?

Angelina se cruzó de brazos y dijo:

-Puedes decirme lo que quieras aquí, no tengo tiempo para ir a otra parte.

Harry miró a su alrededor con nerviosismo. No había querido hacerlo frente a toda la sala común. Todos se quedaron en silencio, mirándolo.

-Yo... ¿de verdad no puede ser en otra parte?

-No-dijo Angelina, negando.

-Yo... bueno...-susurró Harry, rascándose la cabeza, incómodo-solo quería decir que... renuncio al equipo de Quidditch.

El silencio que se hizo en la sala común se podría haber cortado con un cuchillo.

-¿Qué?-preguntó Angelina, sorprendida-¿estás bromeando?

Harry negó-creo... que es lo mejor.

Todos comenzaron a susurrar.

De pronto Angelina lo miró con más dulzura, y negó.

-Harry... sé que hemos sido duros contigo... es que... hemos estado molestos, pero no es tan grave... ¡podemos ganar los partidos que vienen! ¡Eres el mejor buscador que hemos tenido en años!