Lies

2- Siempre, Harry

Harry despertó cansado al día siguiente, sin entender por qué. Le costó recordar lo que había sucedido con su padre, pero cuando lo hizo, se sintió inmensamente culpable.

No debía haberle gritado. Después de todo... él estaba sufriendo, y si no quería hablar de lo mal que lo estaba pasando, no... debía obligarlo.

Pero por otro lado... No quería que su padre se hundiera en su dolor, y si seguía sin hablar de lo que le había pasado, de lo mal que se sentía, de lo triste que estaba, pronto se perdería en su dolor y no podría recuperarlo.

Tenía que ir a buscar a su padre y hablar con él, con calma... explicarle lo que creía. Sabía que Severus lo entendería. Su padre era inteligente, era calmado y culto, y sabría comprender.

Se vistió con rapidez y salió de su habitación en dirección a la cocina... pero la encontró vacía, solo Winky estaba allí, y había desayuno para una persona. Harry la miró, confundido y preguntó:

-¿Dónde está mi padre?

-Ufff...-dijo Winky-Winky no querer decirlo, pero el amo no encontrarse nada bien.

Harry la miró preocupado.

-¡¿Cómo que no está bien?! ¡¿Dónde está?!

-El amo estar en su habitación, amo Harry.

Harry salió corriendo con todas sus fuerzas hacia la habitación de su padre, preocupado, pensando en que tal vez habría enfermado por su culpa, en que tal vez lo habría hecho sentir tan mal por lo que le había dicho, que ahora lo encontraría recostado en su cama, deshecho, débil. Tocó la puerta, pero nadie respondió. Volvió a tocar, y recibió un:

-Vete...

-¿Papá? ¿Estás bien?

-Vete.

Harry sintió un golpe de culpa. Su padre sonaba destruido, sonaba realmente mal.

-Papá, lo siento... de verdad lo siento. ¿Me dejas entrar? ¡Quiero saber como estás!

-¡Vete, dije!

Harry negó, y empujó la puerta, esperando encontrarse a su padre realmente enfermo.

Pero lo que encontró hizo que hirviera de rabia.

El olor a alcohol que lo golpeó cuando entró, el olor a putrefacción, el olor a vómito... fue demasiado. Su padre estaba recostado sin camisa, con sus pantalones de día, sobre su estómago, y con la cara en la almohada, claramente demasiado borracho como para moverse.

Alrededor de su cama, por lo menos cinco botellas vacías de whisky de fuego, la última claramente abierta hace poco.

Harry arrugó la nariz ante el olor y miró a su padre con asco, toda la preocupación drenándose de su cuerpo.

-¿Qué es esto?-preguntó Harry, molesto.

-Déjame en paz-gruñó Severus.

-Papá... ¡mira cuánto bebiste!-susurró Harry, mirando a su alrededor-debes estar intoxicado...

-Así muero más rápido-respondió Snape, desde la almohada.

Las últimas palabras golpearon a Harry como algo físico. "Así muero más rápido"

Extrañamente, se sintió abandonado. Se sintió solo. Lo habían invitado a vivir con alguien que quería morir, con alguien que pasaba que era su padre, y quería morir y dejarlo solo. Se le llenaron los ojos de lágrimas, y dio las gracias por que Severus no estuviera mirándolo.