Lies

13- Dolores de cabeza

Severus volvió a despertar, con otro grito de desesperación, para notar que no estaba en su cama, sino que en la enfermería. Era de día.

Miró a su alrededor confundido, sin entender qué estaba sucediendo. No recordaba haberse sentido mal, no recordaba ni siquiera haber estado enfermo.

Se sentó en la cama, y un pánico enorme lo invadió. ¿Sería real? ¿Lo de los mortífagos? ¿Habrían estado en Hogwarts y habría salido herido?

Mme. Pomfrey salió de despacho y miró a Severus con una sonrisa.

-Veo que ya reaccionaste.

Severus la miró, confundido-¿qué me pasó?-preguntó.

-Los alumnos de Slytherin escucharon gritos desde tus habitaciones, y tu hijo fue a verte. Te encontró inconsciente en el suelo. Te trajimos aquí hace dos noches. Tuviste ataques de fiebre, querido. Debes descansar.

Mme. Pomfrey se acercó y le tomó la fiebre, con un resultado al parecer satisfactorio, porque sonrió un poco y ayudó a Severus a recostarse.

-August, tu hijo, estuvo aquí... dice que vendrá a verte cuando las clases terminen. El director también estuvo aquí, te vendrá a ver en unas horas.

Severus asintió, cerrando los ojos. Ahora que lo notaba, si sentía dolor de cabeza. ¿Por qué había colapsado? ¿Qué le había pasado? Había llegado a tener alucinaciones... eso nunca le había pasado antes.

-Hubo un cierto muchachito...-dijo Mme. Pomfrey, doblando unas mantas en la cama de al lado-que vino a verte y me pidió que no dijera nada.

Severus abrió los ojos y la miró.

-Harry Potter parecía muy preocupado. Al parecer creía que fue su culpa lo que te había pasado... vino durante la hora de almuerzo... ¿Por qué creía que era su culpa, Severus?-preguntó la enfermera, mirándolo.

Severus miró el techo en silencio, recordando todo lo que había pasado la noche anterior. "¡SOY TU HIJO! ¡¿ACASO ESO NO VALE NADA?!"

Sintió un fuerte dolor en el pecho al recordar y volvió a cerrar los ojos-no sé por qué el señor Potter pensaría que es su culpa.

-Severus... sabes que todo el mundo entró en conocimiento de que ese chico es tu hijo, ¿verdad?

El hombre no abrió los ojos, no hizo ningún movimiento. Si, el había sido el primero en saberlo, y no había hecho ningún cambio, en lo absoluto.

-Duerme un poco, Severus. Por lo menos hasta que venga August a verte. Le daré permiso para despertarte, ¿si?

Severus asintió, sin abrir los ojos, y decidió hacerle caso a la enfermera. Necesitaba dormir... sintió como poco a poco, el sueño lo invadía.

Se encontraba en la Mansión Prince, mirando como August montaba su escoba y volaba por los terrenos. Él, Severus, se encontraba sentado en una mesa en el patio, mirando a sus hijos. Harry ya había comenzando, y volaba a toda velocidad, rodeando los árboles, intentando atrapar la Snitch que Severus le había regalado para su cumpleaños número 15.

Harry reía como nunca, mientras molestaba a August en el aire. Ambos reían con ganas, ambos parecían realmente felices.

Severus sonrió. Solo era realmente feliz cuando veía a sus hijos sonreír.

-¿Papá?-susurró una voz, despertándolo de a poco.

Severus abrió un poco los ojos, volvió a cerrarlos, y volvió a abrirlos. Estaba teniendo el mejor sueño de su vida. Podía ver... a sus dos hijos... sanos, riendo... siendo felices a su lado.