Harry Potter y el Señor del Rayo

Capitulo 35

La vida en Hogwarts continuó con normalidad. Harry continuó estudiando y practicando el duelo a un ritmo vertiginoso. El equipo de Quidditch de Ravenclaw ganó la copa de Quidditch gracias a las espectaculares actuaciones de Harry como buscador del equipo. Los exámenes se acercaban y Harry y Daphne los pasaban sin problemas, aunque habían escuchado rumores de que Hermione Granger había tratado de presentarse a todos los exámenes y estaba agotada. Parece que a pesar de que no pudo asistir a clases, también envió las tareas para los estudios muggles y la adivinación, y tanto trabajo finalmente la hizo romper. Harry negó con la cabeza cuando escuchó eso; simplemente no podía entender la obsesiva necesidad de la niña de hacer la tarea y ser siempre alguien que supiera todo en los libros. Si bien entendió que el conocimiento era muy importante, leer lo que se daba en los libros y lo que era la realidad era diferente. Granger ya se había ganado bastantes enemigos por su constante menosprecio del mundo mágico, que tendía a molestar a todos los sangre pura y muchos mestizos.

Salieron los resultados de los exámenes, y Harry y Daphne quedaron empatados en el primer lugar (Harry puede estar muy por delante de Daphne en conocimiento y duelo, pero ella no se queda atrás). Hermione Granger se sorprendió de no ser la primera, a pesar de que había tomado más materias en comparación con Harry y Daphne. De hecho, Granger había caído al quinto lugar en su año, algo que enfureció a la chica.

Pero lo que más sucedió fue que Remus Lupin fue derrocado como hombre lobo. Hubo un alboroto por eso y Harry estaba seguro de que Dumbledore tenía algo que ver con eso. Si bien no podía perdonar a Remus Lupin por su inacción, tal vez podrían formar una amistad tentativa ahora que el hombre sabía que Dumbledore solo lo estaba usando a él. Harry se acercó y llamó a la puerta de la oficina de Lupin. Cuando escuchó una entrada, entró.

"Hola, Harry" dijo Lupin con una voz extraña. "Entra, toma asiento."

Harry miró la habitación y se estremeció. "¿Algo mal?" preguntó Lupin, desde donde estaba empacando sus cosas.

"Nada" dijo Harry con rigidez. "Es la última vez que estuve aquí, fui abusado por Lockhart. Y ese no es un recuerdo que quiero recordar".

"Escuché que renunciaste" dijo Harry en voz baja.

Lupin se encogió de hombros. "Fue mejor que ser expulsado. Muy pronto comenzarán a llegar las cartas y los padres no querrán que les enseñe a sus hijos. Es mejor así", dijo.

Harry se quedó callado. "Remus, espero que te des cuenta ahora que Dumbledore -"

Fue interrumpido cuando escuchó un gruñido. Lupin miró a Harry con ira y gruñó "¿Cómo pudiste, Harry? ¿Cómo pudiste exponerme por ser un hombre lobo? Y ahora, estás tratando de culpar a Dumbledore, pensando que lo espiaría por ti, ¿no? Bueno, si esa es tu intención, ¡puedes olvidarlo! "

La expresión de Harry se volvió fría y la temperatura bajó. "¿Crees que fui yo quien te expuso?" preguntó en voz baja. "¿Que me gustaría que espiaras a Dumbledore por mí? No necesito que lo espiaras por mí. Estás demasiado ciego para darte cuenta de que Dumbledore te está usando como su peón. Una vez que vio que eras de Inútil, te expuso y te echó como profesor de Defensa. Y sin embargo, ¿me culpas? Vine aquí con la esperanza de enmendar algo nuestra relación, al menos debido a la memoria de mi padre. Pero he cambiado de opinión. Simplemente no es Vale la pena. Y parece que Sirius también ha descubierto lo mismo. Que tenga una buena vida, Sr. Lupin "dijo Harry, y salió de la habitación.

"Me he vuelto suave" se susurró a sí mismo mientras caminaba de regreso a la Torre de Ravenclaw. "No volveré a cometer el mismo error. He olvidado las lecciones que aprendí en los Dursley".

Después de que Ravenclaw fuera nuevamente declarado ganador de la Copa de las Casas, Harry y Daphne subieron al Expreso de Hogwarts, terminando su tercer año en Hogwarts. Harry estaba especialmente feliz, ya que el año había sido muy pacífico, sin mencionar que pudo vengarse de muchos de los estudiantes que lo habían atacado el año anterior; a todos se les hicieron bromas repetidas y se les avergonzó públicamente a lo largo del año, cortesía de Harry, Fred y George, los dos últimos que estaban más que complacidos de ayudarlo. Sonrió y miró por la ventana del tren. Finalmente regresaba al Castillo Potter para el verano.