𝗝𝘂𝘀𝘁 Me • Jujutsu kaisen

||Three||

Quizás debí huir, quizás no debí haber entrado a la preparatoria esa noche, quizás... Ya es tarde, estoy rodeada de extraños lunáticos

Insuperable
Dispuesto y capaz
Llama al elegido
Rey nacido del miedo y fábula..

«Tommee Profitt ft. Fleurie - Onward & Upward»

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Al esparcirse el polvo, pude ver que la Maldición tenía sujetado a la persona que me alejó. Ahora no podía ser un buen momento para que otra de esas monstruosidades apareciera, estoy sin fuerzas. ¿Y si algo me sale mal? Mi cabeza duele por pensar en que podría cometer un error. No quiero eso.

El pelinegro hizo una especie de señas con sus manos, sin embargo, la Maldición lo lanzó hacia la pared, haciendo añicos el concreto, y sin dejarme saber por completo la habilidad de ese chico. Su cuerpo cayó al suelo, apenas poniéndose de pie con la mano apoyada de los grandes restos de la pared destruída. Mi cerebro intenta analizar este momento ¿ese chico hace esas señas para hacer aparecer esos animales? Los lobos, digo "Shikigamis".

Mi cuerpo no reaccionó cuando la Maldición lo volvió a tomar sin darle tiempo a él de esquivarlo, lo lanzó fuera de la preparatoria y los lobos desaparecieron como una ilusión creada. En mis labios formé una mueca al imaginarme de cómo debió caer afuera, sí que lo agarraron como muñeco de trapo.

—Será mejor que salgas de la preparatoria, puedes acabar herida —su amigo salió por el hoyo de la pared, dejándome parpadeando por sus palabras. Nadie me dejará herida, yo dejaré herido a esa gigantesca maldición.

Arranqué una parte de la manga de mi sudadera para atar mi cabello. No sé por qué hago esto cuando tengo el camino libre para irme. Pero una sensación determinada me agolpa el pecho y me siento obligada a quedarme aquí y apoyarlos.

Volví a ver el dedo, con unas ganas de cortarle la uña como si fuera un castigo letal.

—Todo esto es por tu culpa —resoplo. Necesito esconderlo en un buen lugar, aunque también estoy segura de que eso no impedirá que sea la atención de la Maldición cuando salga a enfrentarla. Ellos deben sentir este.. dedo.

Porque.. si yo me siento de una manera extraña, en alerta, y algo.. ansiosa, solo por sostenerlo. Sé que para ellos es más fuerte.

Guardo el dedo en el bolsillo de mis shorts, y hago lo posible para centrarme en la furia que alborota mis habilidades. "Matar a la maldición y volver a casa", me repito mientras corro hacia el hoyo para luego dar un salto, cayendo frente a la Maldición, que el chico de cabello rosado golpeaba. La luz de la luna y faroles alejados iluminaban sus movimientos eficaces como si hubiera nacido para pelear.

Tensé mis brazos, conteniéndome por unos segundos, sintiendo el poder que siempre me acompañó pasar por mis venas como algo ardiente pero no doloroso. Mis ojos fueron hacia el otro chico que estaba sobre el suelo, tomándose el brazo que al parecer estaba herido, sangraba un poco en la comisura de sus labios, y sus ojos verdes no tardaron en toparse con lo míos en una mirada dudosa.

Me volví hacia la Maldición cuando éste empujó al pelirosa, estuve lo suficiente cerca para hacer estallar una de sus extremidades que parecían tentáculos como el de un pulpo, solo que éste era una fusión de varias Maldiciones y el tamaño casi la mitad de la preparatoria. Mi objetivo en mente era quitarle todos esos tentáculos, algo que fue un tantito difícil de lograr con menos de la mitad, pues no paraba de moverse, y yo parecía un cangrejo yendo de aquí para allá para atinarle correctamente.