𝗝𝘂𝘀𝘁 Me • Jujutsu kaisen

||Twenty three||

¿Por qué te preocupas mucho, Nanamin?
Apenas... me conoces.
¿No es cierto?
Apenas...

Si no fuera yo misma y tú fueras alguien más
Te diría muchas cosas y te diría la verdad...

«Ellie Goulding - Dead in the Water»

***

—Kento dijo que todos estaban inconscientes. Ninguno pudo matarlos, la pelea fue fuera de la preparatoria de ese chico. Y no hay rastro.. de alguien más. ¿Estás seguro de lo que dices, Gojo?

—Algunos estudiantes fueron asesinados, también el profesor. Y por lo que vi de lo poco que quedaban de sus cuerpos, pude determinar el tiempo de sus muertes; ellos fueron asesinados "luego" de la pelea de ayer, con la misma técnica de Junpei Yoshino. Algo poco creíble. Aunque intente pensar que Yuuji mintió al describirnos todo lo sucedido, nada encaja. Su muerte y la de ellos... Admito que es interesante por un lado, ya que, si no fue el cara de parche, ni el joven. Hay alguien más. Y es increíble que no haya dejado rastro alguno.

Eran las voces de Ieiri y Satoru. Las oía lejos, pero los sentía cerca. Todo mi cuerpo estaba aletargado, mis párpados sin poder abrir, mi respiración apacible, mi energía totalmente en calma. Y sabía que yo no lo provoqué, porque si fuera así, todo sería distinto. Estaría en el caos que me obligó a estar de esta forma.

—Junpei.. —murmuré aún media dormida, sintiéndome culpable. Oí pasos. Estos golpeaban el suelo tan fuerte que mi corazón se empezó a agitar, creyendo que era ese tipo. Mis labios temblaron y realmente creí despertar y de inmediato llorar por la sensación que humedecía mis pestañas.

Le arrebataron un gran amigo a Yuuji. Y.. me arrebataron a la persona que mi horrible poder escogió de alguna forma que seguía siendo inexplicable y tormentosa. Odio lo que hago. Odio haber nacido con esta cosa que destruye todo lo que toca. Me odio a mí. Porque.. porque.. si tan solo.. lo supiera controlar...

Ayudaría y no estorbaría.

Alguien puso su mano sobre mi frente y el efecto fue más fuerte que un sedante.

—Sigue durmiendo, Alice. Yo siempre voy a cuidar de ti.

Lo cálida que se sintió aquel toque al deslizarse de mi frente a mi mejilla. Esa caricia en mi mejilla hizo que aquellos pensamientos horribles desaparecieran. Mi corazón volvió a latir con normalidad, con tranquilidad. Dejé de apretar mi boca al contenerme, todo rastro de culpa se borró de repente.

Dormí un poco más e hice lo posible para olvidar.

Olvidar...

***

Como si aún estuviera en mi horrible y último momento que viví, como si la adrenalina siguiera en todo mi cuerpo por querer escapar de aquellas cosas puntiagudas que me perseguían mientras él se acercaba cada vez más a mí con su seriedad temible. Mis pasos se volvieron lentos y los de él rápidos. El miedo comenzaba a paralizar mi cuerpo de una forma tormentosa. Entonces me desperté de golpe al recordar esas horribles agujas y grité con espanto:

—¡No más agujas en las pompis!

Apenas había logrado levantarme un poco, pero tuve que echarme de nuevo cuando me di cuenta de que mis pies y manos estaban atadas a la camilla en donde yo estaba, con la respiración agitada que poco a poco volvió a la normalidad mientras ahora un ceño fruncido reemplazaba el miedo. Inspeccioné el lugar, era el mismo cuarto donde conocí a Ieiri.

¿Pero qué carajos..? Tardé en llegar a una conclusión a esto, y cuando lo hice, abrí demasiado los ojos. ¡No puede ser! ¡No digan que me morí de nuevo!