||Juju-cortos||

8.1K 1.2K 235
                                    



La vida es un misterio
Todo el mundo debe correr por su cuenta
Te oigo decir mi nombre
Y me siento como en... casa


«Madonna - Like a Prayer»




***

Como siempre, habían personas de todas las edades caminando de un lado a otro por la ciudad. El bullicio de ellos presente y alto. Sentía un pequeño odio por la cantidad, a veces mi hombro chocaba con algunos. Cuando nos adentramos más a la ciudad fue un poco más tolerable, al lado de las tiendas se podía caminar mejor. Aunque no eran el centro de mi atención gracias a las risas de los pequeños que iban de la mano de sus padres, eso me desconcentraba y me hacía tener dos líneas en medio de mis cejas.

Sin embargo, cambió en cuestión de minutos gracias  la persona que tenía al lado. Esa persona que saboreaba los Kikufukus como la cosa más exquisita del mundo. Todo de él era llamativo, no para mí, sino, para las mujeres que pasaban y se le quedaban viendo; y hasta volteaban para seguirlo haciendo. Yo era un fantasma a su lado. 

—¿Por qué usas gafas cada vez que venimos a la ciudad? —le pregunté a Satoru, dándole un ojeada mientras comía su último postre. No es que le tome atención a lo que él haga o use, pero esas "gafas" o "él" atraen muchas miradas. Y luego siento algunas que son demasiado pesadas sobre mí.

—¿Te molesta que traiga gafas? —Él las levantó un poco para que yo pudiera ver sus ojos, y por poco me pierdo en ellos si no fuera por algunos gritos que oí detrás. Volteé un poco para ver a unas estudiantes. Se emocionaron, al parecer.

—Olvídalo —resoplé, metiendo las manos en los bolsillos de mi sudadera. Mejor dejo de hablar acerca de sus tontas gafas que le quedan perfectamente bien, porque no llegaré a nada.

Apenas me voy dando cuenta que a esta hora salen los alumnos de sus preparatorias, ya que hay muchas estudiantes riendo, compartiendo palabras a unos metros. Pero, cuando están cerca, sus ojos se quedan sobre Satoru, ya hasta parece que chispas le salen de ellos por solo verlo. Pude pasarlo como algo "normal" pero también me sentí observada por ellas. Y una muy distinta mirada, algo examinadora. Miré a Satoru, que ahora tenía las manos en los bolsillos de su pantalón y caminaba relajado. Y luego me miré a mí. Caminar junto a él, ¿qué podrían pensar ellas?

—Profesor —dije de pronto, fuerte, aclarándoles a esas estudiantes que no era nada de lo que se imaginaban. Satoru giró su rostro hacia mí y me miró con extrañeza, hasta sacó su mano del bolsillo para señalarse a él mismo.

—¿Me lo dices a mí?

—¿Eres un profesor, no? —seguí hablando un poco fuerte, dándoles un vistazo a las estudiantes.

—Jamás me llamas así. —le pareció divertido—. ¿No habías dicho que no me veías como un profesor? —su sonrisa se quedó en sus labios, aún viéndome.

—Pero lo eres. —miré al frente—. Y por eso te llamo profesor.

—De acuerdo —se bajó de hombros, pareciendo más estricto—. Dime, estudiante, ¿en qué te ayudo? —resaltó "estudiante".

Realmente me pareció extraño oírlo. Esto no me agrada, sinceramente. Y haberlo iniciado fue tonto. Volteé atrás y solo oí decir a las estudiantes. "¡Qué bueno, solo es su profesor!" "¿Dónde dará clases ese profesor? ¡Yo me saldría de mi preparatoria para ir a la de él y así verlo todos los días!" "¡Se ve tan joven para ser un profesor!"

Suspiré largo y negué lentamente.

—No es nada, Satoru. —terminé diciendo.

Y él volvió a sonreírme.

𝗝𝘂𝘀𝘁 Me • Jujutsu kaisenWhere stories live. Discover now