𝗝𝘂𝘀𝘁 Me • Jujutsu kaisen

||Twenty one||

Jamás te imagines un bonito futuro con alguien a quien apenas conoces

Yo le entrego todo mi amor
Es todo lo que hago
Y si tú has visto mi amor
La amarías también
Yo la amo...

«And I Love Her - The Beatles»

***

Lo de anoche aún invadía mi cabeza. Nanami... ¿quería decir algo más? ¿Preguntar, quizás? Su comportamiento tan distinto, analizador, indescifrable, causa gran curiosidad en mí.

Mi cuerpo ya se encontraba bien gracias a los cuidados de Yuuji sin dar señales de que había bebido algo que estaba prohibido para mí, al parecer. Realmente fue un lucha esta mañana, que casi acababa de beber tres litros de agua en solo cinco minutos. Algo que resultó gracioso por mi forma tan descabellada de despertar en busca de agua como si fuera algo muy importante y que no debía dejar pasar ni un segundo más por mi falta tan necesitada, y ahora la situación había cambiado. Volviéndose más tensa y preocupante.

Nanami nos acababa de contar todo lo sucedido, y para nada estaba tranquila con lo que escuché. Puede que al principio estuviera con un rostro un tanto tedio, pero ahora aquella preocupación inexplicable hacia este tipo de rubio cabello era importante de descifrar. Lo conozco poco, pero.. siento algo que es muy confuso de explicar. Solo le miro, él seguía recostado en la pared del sótano con los brazos cruzados y una mirada perdida, preocupada y algo pensativa. No iba a preguntar qué era lo que pensaba hacer, sólo estaba preocupada por él. Simple de pensarlo y difícil de decirlo.

Si al conocer al culpable de este caos y tenerlo frente a él, en mi cabeza solo se repitió que en ese mismo momento debió acabarlo. Algo que por lo visto no hizo. Y, quizás, pudo ser porque terminó herido.

—¿Por qué no nos llamaste para ayudarte? —fue Yuuji quien se lo preguntó, su rostro reflejando preocupación.

—Eso está fuera de discusión. —se limitó a contestar el rubio, y me sentí más frustrada, arqueando más las cejas.

Moví impaciente el pie, aún sentada sobre el sofá, dejando de tener el rostro volteado a ellos. Me obligué a ver al frente y traté de no pensar en que su terquedad me enojaba más de lo que creía soportar. Puede que sea un hechicero de alto rango. Que no nos necesita. Que él piense que puede lidiar con todo sin la ayuda de nadie. Y darnos a entender que apenas nosotros somos estudiantes. Pero vamos, así se debe aprender, ¿no? De la forma más cruel se aprende.

Quizá sea estúpida por pensarlo, ya que yo también he sido de las que odia obtener ayuda. ¡Pero al final siempre necesitaré ayuda! Así que él también la necesita. Todos la necesitan en algún momento de sus vidas. Y lo mejor es aceptarlo y no hacerte el terco.

—Llévanos contigo la próxima vez. —pidió Yuuji, sentí el desespero en su voz—. Alice y yo podemos ayudar. A pesar de ser estudiantes y que todo esto sea nuevo para nosotros, podemos.. podemos lidiar con ello.

Seguí callada, y aquellas palabras de mi amigo me hicieron volver a voltear, casi sintiéndome fuera del enojo.

—No será posible. —negó Nanami—. El enemigo usa humanos restructurados —explicó, acomodándose los anteojos, aún con la mirada en el suelo, severo—. Algunas personas no pueden ser ayudadas a pesar de insistir en lograr hacerlo cambiar de opinión. Hay personas que no quieren ser salvadas. Mientras estén en este negocio, también llegará el día en que tendrán que matar a alguien —Con lo último dicho, supe que Yuuji y yo traíamos la misma expresión de impacto y terror. Hasta me había levantado del sofá, inquieta por solo imaginarlo. Nanami ahora nos observó a ambos y dijo:— Pero hoy no es ese día.