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Jimin estaba teniendo un gran debate mental ahora mismo, Taehyung lo tenía agarrado de mano mientras ambos esperaban sentados en la sala que la cena estuviera lista. Ambos sumergidos en su propio mundo.

Hace una o dos horas que había llegado ese hombre llamado Jungkook, el esposo de el doctor Kim y Jimin no podía sacárselo de la mente, él no quería ser un mal educado aprovechado —no es lo fuera, en si no había hecho nada— le había parecido un hombre muy hermoso cuando lo vio llegar quedo mudo y congelado. Taehyung lo ayudo inconscientemente presentándolos a ambos, el rubio le agradeció mentalmente.

Había llegado y Jin lo saludo con un efusivo abrazo, Jimin y Taehyung habían terminado de bajar los escalones que faltaban situándose en un espacio considerado frente a él, el pelinegro hizo una reverencia atrayendo al rubio a hacerla también y los presentó con sus nombres. El azabache miraba entre Jin y los chicos con cara de confusión total, no los esperaba para nada. El doctor intervino y también presento a Jungkook y luego rápidamente diciendo que debían ir a hacer la cena se lo llevo al otro lado de la habitación. Jimin no dijo ni una sola palabra y fue a sentarse siendo arrastrado por el pelinegro hasta el sofá.

El rubio sólo pensaba en ese hombre; iba vestido completamente de negro, el color contrario al que le habían impuesto a él, cosa que le llamo mucho la atención. Tenía tatuajes en su piel— Jimin lo considero dibujos—, sus brazos tenían muchos de ellos. Usaba perforaciones en las orejas, se podían ver las argollas plateadas colgando de ellas, realmente quiso tener unas también pero más lindas. Jungkook tenía un suéter manga larga, unos chándal y unas botas enormes. Su rostro se veía serio y todo él gritaba impotencia, sus brazos se veían fuertes y era muchísimo más alto que el, cargaba el cabello en una coleta, seguramente lo tenía largo pero no tanto como él. A Jimin no le habían cortado el cabello por eso lo tenía hasta las caderas.

Sus ojos estaban encantados viendo cada detalle y aspecto del azabache, sin duda alguna le había llamado la atención y pensando y pensado llego hasta la conclusión de que era una mala persona por pensar así del esposo del hombre que los ayudó y los salvó de ir a un lugar poco agradable para sus oídos.

A juro disipó todo pensamiento de Jungkook en su mente y giro su rostro a ver a su amigo igual de ido como él hace unos ratos. Ratos muy largos.

—¿Estas bien?— preguntó observando como el pelinegro parpadeaba repetidas veces, dio un leve apretón a su mano y el contrario asintió lentamente.

—Solo pensaba... ¿Tendremos que hacer algo para poder quedarnos aquí, cierto?— dijo detenidamente a la vez que veía directo a los ojos del rubio. Había estado asumido en sus pensamientos de que ellos debían hacer algo por ganarse la comida y el hospedaje ahí, su tutor le había hablado sobre el trabajo y estudios, los adultos lo hacían para poder mantenerse, sin embargo ellos no lo hacían, preguntó obviamente porqué ahí no trabajaban y el tutor le dijo que prácticamente estar ahí en su cuarto era un tipo de trabajo ya que eran usados como experimento.— O sea debemos trabajar, ¿no?

Jimin lo miro sin entender. A él no le habían enseñado sobre el trabajo.

—¿Qué es eso de trabajo?— preguntó tímido por no saber.

—El tutor dijo que las personas adultas debían trabajar para mantenerse, en las clases de historia me enseñaba que los campesinos para sobrevivir antes debían trabajar. Nosotros debemos trabajar, ¿no crees?— explicó.

Fenómeno➸Kookmin©Where stories live. Discover now