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Las mañanas para Jimin eran un recordatorio de su aburrida vida, de su monotonía y de las actividades que diariamente debía hacer. Después de ser llevado a la casa del doctor Kim sus mañanas eran pacíficas pero le gustaba porque no sabía exactamente que haría. Ahora estaba empezando a amar querer despertar todas las mañanas con Jungkook a su lado, besándolo y siendo abrazado de manera cariñosa.

Quería que estas mañanas se repitieran, así y de diferentes maneras, solo que estuviera el azabache en ellas. Alegrándolos y llenándolo de amor y besitos por toda su cara.

Las sabanas seguían desordenadas, ellos envueltos en una, muy juntos y abrazados. Sus piernas estaban enredadas, los brazos de Jimin estaban en el pecho del azabache, y los brazos de Jungkook estaban al rededor del cuerpo de Jimin, atrayéndolo más y más a él.


—Buenos días, novio.— susurra el azabache con su voz ronca, besando la frente de Jimin con cariño. El rubio ríe de forma reconfortante para sus oídos.

—Buenos días, novio.— responde de la misma forma, feliz por todo.— Tengo hambre.

—Ve a bañarte, iré a hacer el desayuno para ti, bebé.— le anima levantándose sin lastimar al rubio, quien imita su acción pero suelta un quejido— ¿Qué pasa?

Jimin se sonroja a más no poder, bajando la mirada con una pequeña sonrisa tímida.

Tierno, piensa el azabache.

—Uh..me duele— señala su trasero, Jungkook se ríe y Jimin lo mira mal.

—Bien, bien.— alza sus manos al aire— te daré algo para el dolor luego de que te bañes.. ¿O quieres que me bañe contigo y luego hacemos el desayuno juntos? —pregunto y supo que acertó cuando los ojitos azules de Jimin brillaron y asintió con la cabeza.

—¡Si!— se levanto apresurado pero la punzada en su ano lo volvió a sentar en la desordenada cama.— Auu.

Jungkook sonriendo, sumamente divertido por la situación, se acerco a él y lo cargo estilo nupcial pasando una mano debajo de sus rodillas y otra por su espalda, el rubio ajusto el agarre en su cuello.

Jungkook los guió al baño, igual a las habitaciones y el apartamento como tal, espacioso, sutil y muy bien organizado.

Tenía un tina y una ducha, no perdió mucho tiempo en sentar a Jimin en la tina, agachándose frente a él abrió la llave y el agua empezó a expandirse y llenarse en los minutos que pasaron, ambos estaban desnudos y Jungkook se le unió al rubio sentándose detrás de él.

El agua les llegaba por el pecho, Jimin estaba recostado a él mientras el azabache le lavaba el cuerpo delicadamente, el olor a vainilla y rosas se acumuló en el cuarto, dejando el lugar relajado y cómodo, la pareja lo disfruto.

Jimin se dejó relajarse en los suaves masajes por todo su cuerpo, el azabache recorría cada parte de su cuerpo, tocando lugares que lo hacían estremecer y dejar salir uno que otro gemido de satisfacción, su cabeza recostaba en el pecho y hombro del azabache, quedándose absorto en las caricias.

Pensando en lo bien que se sentía estar con él, lo bonito y gratificante que era tenerlo a su lado y pasar momentos íntimos con él, dejandose tocar, exponiéndose a ver su único lado sin filtro, dejando salir absolutamente todo lo que sentía sin sentirse avergonzado o algo parecido, la confianza que crearon se disparó más, haciéndolo sonreír y acurrucarse más al cuerpo grande debajo de él.

Jungkook no podía estar más feliz y en paz, sus manos tocaban la carne tierna a su paso, suave y nívea, desde arriba podía ver el cuerpo de Jimin, el cuerpo más hermoso y delicado que haya tocado antes, su pecho se sintió cálido al saber que él era el único que la podía apreciar, besar y tocar. Dejandose llevar por el íntimo momento entre los dos, bajo sus manos a su abdomen y acaricio más allá, tocando y amasando el interior de sus piernas, subiendo y rozando levemente el hermoso miembro de su rubio.

Fenómeno➸Kookmin©Where stories live. Discover now