Capítulo 7. Necesito escapar

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Genave 

Necesitaba salir de aquella casa, estar cerca de aquel hombre me hacía sentir asfixiada y me provocaba. Mi cuerpo con su sola presencia reaccionara y sabía que él podía notarlo. Mi mente me gritaba que me alejara, pero mi cuerpo no quería acatar aquel mandato y tenía que obligarlo, por eso necesitaba poner distancia y quizás una visita a las oficina, rodearme de trabajo me regalaría aquel equilibrio que tanto necesitaba.

Salí al pasillo y lleve mis pasos de regreso a la que habían asignado como mi habitación, me sorprendí al encontrar a una chica del servicio dentro de ella acomodando pacíficamente las cosas de mi maleta en el gigantesco closet que poseía aquella estancia y por un momento me molestó que estuviera tocando mis cosas, pero sabía que solo hacía su trabajo, así que solo tome una larga respiración.

—Disculpa —dije y esta me regaló una mirada un tanto extraña, realmente ella era extraña parecía todo menos la chica del servicio —Puedes pasarme esa chaqueta y mi bolso —Llevo su mirada a lo que le había pedido, pero ni siquiera lo toco.

—No tiene permitido salir sin que el señor lo autorice, usted no conoce los alrededores —al parecer Rubén tenía a su personal bien adiestrado cuando de mí se trataba.

—Necesito ir a la oficina —dije tratando de mantener la compostura y acercándome a ella para tomar mis cosas—El señor debe entender que tengo que trabajar —Comente mientras salía de aquella habitación más decidida que nunca a salir de aquel lugar.

Me encontré de frente con el guardaespaldas de Rubén en cuanto puse un pie fuera de aquella habitación, su mirada era dura y perfilada, al parecer se encontraba muy bien informado de mis intenciones, pero todos en este maldito lugar incluyendo al dueño podían irse al mismísimo infierno y si este era mi primer día en esta casa, no podría imaginarme cómo sería estar una semana.

—Se me informó de que quiere ir a la oficina —su voz era firme y segura, algo que me sobrecogió por completo.

—Debo ir —dije con altivez —No es como que quiera simplemente por entretenimiento —agregue de manera sarcástica.

—Entonces yo la llevaré —sabía que no podría negarme y eso era algo que me hacía sentir totalmente inútil. Así que solo hice un asentimiento de cabeza y salí caminando por delante de él.

Volvieron a cubrir mis ojos y entendí que aquel era parte del protocolo que aquella gente utilizaba para cuidarse las espaldas. Me resigne hacer aquel recorrido a oscuras mientras la camioneta se ponía en marcha y decidí que haría una llamada a la firma en Estados Unidos, no sabía a qué estaba jugando Noah o qué tipo de prueba retorcida era esta, pero tenía que ponerle punto final aquella jugarreta.

***

Apartaron la venda de mis ojos al tiempo en que el vehículo se detenía. Nos encontrábamos frente a una plaza comercial, pero en uno de los laterales se encontraba un letrero bastante grande con el nombre de la firma. El guardia junto a mí bajó del vehículo y me abrió la puerta, no estaba acostumbrada a este tipo de tratos y lo sentía totalmente fuera de lugar, porque yo simplemente era una abogada estadounidense recién graduada y estos tipos, los matones de un mafioso a gran escala.

— ¿Podría ir sola? —Pregunté —prometo que no escaparé, tampoco sabría a donde escapar —trate de sonar graciosa, pero aquellos tipos ni siquiera cambiaron la expresión de su rostro.

—Esperamos aquí, puede subir —le agradecí de manera silenciosa, iba a ser demasiado incómodo tenerlos pisándome los talones todo el tiempo.

Las oficinas se encontraban en el tercer nivel y espere a que llegara aquel ascensor para subir. Podría haber usado las escaleras, pero quería resguárdame detrás de aquellas paredes de metal para sentirme aunque fuese por un momento liberada, esta situación con el señor parecía que no iba a mejorar. Las puertas dobles se abrieron y mis ojos se encontraron de frente con una persona conocida, realmente la última que pensé encontrarme en aquel lugar.

—Genave —saludo sorprendido y yo le regale una simpática sonrisa mientras entraba en el ascensor. Marco y yo habíamos salido durante el verano antes de graduarme, justo cuando Gina regreso a casa tras su ruptura con Camilo y terminamos porque me enteré que el hombre andaba en negocios ilícitos.

—Marco —dije con algo sorprendida — ¿cómo has estado? —me miró de arriba abajo con poco recato y aquella mirada me recordó cuánto me había gustado la mirada de aquel hombre.

—Bien, pero y tú ¿Qué haces en Rusia? Ósea esto es del otro lado del mundo—aquella era la pregunta del millón, aunque simplemente le respondería con la verdad.

—Trabajo para una firma de abogados con sede aquí Carton's & Corts y me enviaron para un trabajo —Marco pareció estar familiarizado con el nombre de la firma, pude ver el reconocimiento en su mirada

—Se quiénes son, llevan los asuntos de mi padre—dijo con cierta incomodidad y el ambiente se tornó algo pesado, eso quería decir que había algo turbio con la firma para la que trabajaba, aunque Noah siempre decía que no le importaban los asuntos privados de sus clientes. El elevador se detuvo y me sentí aliviada, aunque antes de salir Marco me detuvo tomándome por el brazo.

— ¿Puede invitarte un trago esta noche?—preguntó con cierta súplica—Realmente me gustaría hablar contigo, creo que hay algunas cosas que debí contarte —lo pensé por un momento, pero no sabía realmente porque debía pensarlo. Marco podría andar en sus negocios raros, pero siempre me trató con respeto y un trago con un viejo amigo no significaba nada.

—Sí —acepte, sin detenerme a pensar en que aquello podría traer consecuencias. Solo necesitaba por una noche escapar de aquel asfixiante lugar.

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