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Capítulo 26. Corazón encadenado

Rubén 

Tuve intenciones de ir hacia ella, pero Jotrov me retuvo en mi lugar. Sabía que solo buscaba evitar un desastre y que la ira que corría por mis venas no terminara en tragedia, tenía todas las intenciones de acabar con el chico que le tomaba de la mano, mis ojos solo proyectaban sangre y destrucción, pero el que ella estuviera aquí con otro hombre yo me lo había buscado, la había despreciado de la manera más vil y despiadada, ahora debía soportar como el macho que era las consecuencias de mis actos.

—No quieras desafiar a Josephine—me había dicho Jotrov y me mostró como la muy maldita se acercaba hacia nosotros.

Todas las miradas recayeron sobre ella y era que la muy desgraciada era hermosa en realidad. Con su pelo a la cintura y un cuerpo extraordinario había tenido a cientos de hombres a sus pies, incluyéndome, pero ahora la despreciaba, porque ella no tenía respeto por los demás su único objetivo era lograr tener poder y dinero cosa que podía obtener a través de mí, pero no le sería tan fácil yo le enseñaría el precio a pagar por intentar chantajearme.

Me aparte de las barandas de protección, pero no pude apartar los ojos del lugar en donde se encontraba Genave aunque ella no volvió a posar sus ojos en mí, me había ignorado. Charlaba animadamente con el hombre a su lado y los demás a su alrededor, Alessio no tardo en clavarme su intensa mirada y sabía que era un advertencia. Aquel hombre no tenía que ser mafioso para causar miedo, sabía cómo manejarse en este mundo aunque no estuviese involucrado y sabía que por su esposa haría todo, eso incluía mantener a salvo a Genave.

—Veo que tu abogada no se encuentra tan afectada por su ruptura, pero cualquiera con ese hombre al lado—Mire a Josephine con molestia mientras esta tomaba un sorbo de aquel whisky—No olvides nuestro trato—susurro muy cerca de mi rostro y sé que solo buscaba molestarme y dar a entender que ella y yo estábamos involucrados.

—Necesito aire—dije poniéndome de pie, Jotrov también se levantó, pero le hice un gesto para que me dejara solo.

Solo había bajado dos peldaños de aquellas escaleras cuando lo vi entrar. Fijo su mirada en donde Genave se encontraba e inmediatamente coloque mi mano sobre la pistola que tenía detrás. Mire a Jotrov, quien también había posado su atención en los recién llegados y sabía que las cosas podrían ponerse feas, todo podría salirse de control.

Marco señaló el lugar donde se encontraba Genave, ella y los demás estaban distraídos, así que sabía que no se darían cuenta de lo que se aproximaba, pero los guardias de Alessio los detuvieron y aproveche aquellos segundos de ventaja para aproximarme rápidamente hacia ellos, tenía que evitar que se acercaran a ella, sabía que aquel hombre estaba dispuesto a todo al igual que yo, así que me olvide por completo de la amenaza de aquella mujer y me aproxime hacia ellos.

—Marco, mi amigo—dije llamando la atención del hombre. Mire por un segundo a Genave y esta tenía el rostro descompuesto. Alessio y Gina miraban en nuestra dirección sin comprender la situación.

Y lo comprendí, Genave no le había contado nada a su hermana y aquello hacía mucho más peligrosa la situación. Marco y Alessio eran amigos desde hace muchos años, pero en una situación como esta la amistad siempre quedaba en segundo plano. Marco estaba enojado y dispuesto a todo, yo en su posición también lo estaría y como todo era mi culpa no podía permitir que él dañara a la única persona que le había dado sentido a mi vida.

—Esto no es contigo, sino con la perra esa, así que es mejor que te largues—lo sujete por el hombro de manera poco amigable y me miró con confusión.

—No estás en posición de exponerte de esta forma tienes la soga al cuello y a tu padre no le gustara que sigas poniendo el negocio en riesgo—trate de razonar con él, pero conocía su forma de actuar y mis palabras serían mierda para él

— ¿Por qué tan interesado en protegerla?—pregunto cambiando radicalmente el giro de la situación y me apuntó con su arma, no podía creer que se había atrevido hacerlo.

—Solo te estoy salvando el culo, maldito pendejo. La policía puede llegar en cualquier momento y recuerda que no estás en Italia—Dudo por un momento y luego apartó el arma de mi cara. Alessio se había aproximado a nosotros, mientras Genave abrazaba a su hermana asustada.

— ¿Qué pasa aquí? —cuestiono Lombardi y su mirada recayó sobre mí.

Marco y sus hombres comenzaron alejarse ignorando por completo la pregunta de aquel hombre, sabía que la situación no quedaría ahí y que Marcó perseguiría a Genave hasta lograr cumplir su objetivo, pero yo no iba a permitir que eso pasara y aunque no pudiera estar a su lado ya había encontrado la forma de mantenerla a salvo hasta que pudiera quitar de una vez por todas a Marco Antonelli de mi camino.

—Debes llevarla contigo a Italia—Alessio me miró con desconfianza, pero ahora no necesitaba su razonamiento de mierda.

— Y vas a decirme porqué debo hacerlo ¿verdad? —sabía que mis siguientes palabras complicaría todo.

—Él va a matarla—él se acercó a mí, miró a su esposa y luego a Genave. Yo no pude evitar mirar al hombre junto a ella con malestar.

—Me conoces ¿verdad?—dijo—resuelve tu mierda y procura que ninguna salga lastimada—con su mirada me dijo todo, Alessio Lombardi simplemente no se quedaría de brazos cruzados como un simple espectador.

Regreso donde ellas se encontraban, mientras yo llevaba mis pasos de regreso a mi lugar. La música no se había detenido y las luces seguían iluminando el lugar, la gente seguía bailando al ritmo de la música como si la situación de hace solo un momento no hubiese tenido lugar. Entonces la vi, observando desde aquel balcón con los brazos apoyados sobre aquellas barandas de metal, sus ojos me lo decían todo y aquella sonrisa que no llego a sus ojos evidenciaba lo molestaba que se encuentra y allí lo supe, Josephine me haría pagar muy caro el haberla provocado, pero ella no lo entendía, nunca comprendería lo que era tener el corazón encadenado a una sola persona.