Capítulo 23 ¿cuánto daño?

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Genave 

De pie frente a la cama observaba como Rubén dormía plácidamente, no entendía como podía hacerlo después de haber matado a alguien, simplemente no me acostumbraba al hecho de que aquello fuese como tomarse un café para él. Margot me había citado para que nos viéramos aquella mañana, se escuchaba nerviosa y asustada, pero sabía que aquello iba más allá de todo lo que estaba ocurriendo, aquella mujer necesitaba decirme algo y yo estaba dispuesta a escucharla.

Sabía que existía una puerta que llevaba a la siguiente habitación, porque salir por la puerta con los hombres de Rubén vigilando no era opción, así que camine con cuidado y la cerré detrás de mí de igual forma. Agradecí que la habitación se encontrara vacía y abriendo con cuidado la puerta que llevaba al pasillo me di cuenta que aquellos hombres no miraban en mi dirección. Me acomode un mechón de cabello que se había escapado de la gorra y me apresure a subirme al ascensor, aunque sopesando la situación usar las escaleras era mucho más conveniente.

—Lo siento —dije cuando en mi rapidez tropecé con una de las mujeres del servicio, esta me miró avergonzada, pero negué con la cabeza para que no se preocupara y seguí mi camino echando un último vistazo sobre mi hombro, luego me perdí en las escaleras de servicio.

El sonido de las bocinas, más el ir y venir de los transeúntes me recibió en cuanto puse un pie en aquella acera, verifique en mi celular la dirección a la que debía dirigirme y se encontraba solo a unas pocas cuadras de donde se encontraba. Era el cibercafé donde Margot siempre compraba valga la redundancia el café que solía tomarme por las mañanas, era un lugar tranquilo y poco visitado, el sitio propició para una reunión como está.

La campanilla sonó en cuanto entre al lugar, pero las pocas personas allí presente ni siquiera se fijaron en mi presencia. Vi una persona levantar la mano en una de las mesas del fondo y supe que era ella. Margot era una chica pequeña, con ojos grandes y cara redondeada, siempre me pareció extraño que trabajara para Noah, puesto que para aquel hombre la apariencia era lo que más importaba, aunque sabía que su presencia en la firma iba más allá de los estándares de belleza.

—Señorita Stevens —saludo con mucho respeto.

—Llámame Genave, por favor —le pedí con amabilidad. Me hizo un gesto con la mano y me acomode frente a ella, su rostro estaba pálido y pude fijarme en que tenía moretones en sus brazos.

—Lo siento tanto, si hubiese sabido que iba a meterla en esto le habría advertido —se apresuró a decir, yo la mire cuestionante porque no entendía lo que quería decirme ¿Por qué se disculpaba?

— ¿De qué hablas? —le pregunté de manera directa.

—Lo del ruso, su viaje a casa de ese hombre —sentí un revoltijo en el estómago, pero aun no comprendía del todo sus palabras—Yo no era así Genave, es decir quien vez ahora frente a ti no es ni la sombra de la mujer que era —deslizó una foto por encima de la mesa que mostraba a una mujer totalmente distintas, hermosa, aunque Margot no era fea solo un poco descuidada.

—Me convertí en esto para que dejara de utilizarme, pero sabía demasiado como para poder deshacerse de mí, así que me puso como asistente —tomó un sorbo de agua con las manos temblorosas —Pensé que había dejado sus asuntos con la mafia, pero cuando me entere de lo contrario me asusté mucho, no sé cómo es Rubén, pero su hermano era demasiado peligroso, por eso te advierto que te alejes de todo, si tienes a donde ir vete, esa gente es despiadada.

Había observado esos temblores en sus manos más de una vez durante el tiempo en que estuvimos trabajando juntas y sabía que no era algo normal, que podía deberse algún trauma y no sabía si era correcto decirle que conocía a Rubén desde mucho antes de pensar en trabajar para Noah, tampoco sabía si era correcto preguntarle porque había hablado en pasado sobre el hermano de Rubén ¿estaba muerto? Al parecer esta mujer sabía demasiado sobre los Patrovick.

—Conocía a Rubén —dije sin más —lo conocí mucho antes de soñar trabajar para Noah, no sabía a qué se dedicaba y luego que me entere intente alejarme, pero el destino tenía otros planes —la mire apenada y está parecía estar sorprendida, pero realmente no era a mí a quien miraba con los ojos bien abiertos.

Mire sobre mi hombro y Jotrov caminaba hacia nosotras de manera amenazadora, miro a Margot con molestia y luego depositó su dura mirada sobre mí, al parecer estaba a punto de perder la paciencia y no sé porque, pero cuando sus ojos se posaron nuevamente sobre Margot algo cambió.

—No te entrometas—dijo dando un golpe fuerte con el puño sobre la mesa. La miraba con furia contenida, pero podía evidenciar que había algo más, algo que no podían decirse con palabras.

Margot se puso de pie y salió rápidamente del lugar, Jotrov la siguió con la mirada hasta que esta desapareció en el interior de un taxi y luego sus enfurecidos ojos se posaron en mí. Me tomo de manera poco sutil por el brazo, pero yo aparte su mano de igual manera. Sabía que solo hacia su maldito trabajo y que cumplía órdenes, así que camine sin más por delante de él tratando de que la situación no se viera inusual.

—Tiene que estar preparada—dijo mientras entrabamos en el coche y este se ponía en marcha. Y las palabras de Margot llegaron a mi mente, fueron como una revelación para mí. No sabía quién era Rubén o cuan despiadado y peligroso podía llegar a ser, mucho menos cuánto daño me podía causar.

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