Segundas oportunidades. ("Somos" libro #3)

CAPÍTULO 6.

Lucas Henderson.

A la mañana siguiente nada fue incómodo, nos bañamos juntos y tuvimos una sesión de sexo mañanero, como última vez.

Ahora me encuentro poniendo su maleta en el maletero de mi auto, mientras ella se despide de sus padres.

—¿Lista?—Pregunto cuando llega a mí.

—Listo, debo llegar a Milán y de una al trabajo.

—Vale.—Asiento y cierro el maletero.

Me meto al auto después de ella.

—El cinturón.—Le recuerdo. Aunque yo mismo me inclino para abrochárselo.

—Gracias.—Susurra y me sonríe. Tengo que poner todo de mi para no besarla.

Le sonrío igual y arranco el auto, Grace conecta su celular al radio y pone una canción que no conozco.

—¿Cómo se llama?—Le pregunto. Ella alarga su mano para bajar el volumen.

—Streets, de Doja cat.—Me mira con el ceño fruncido.—¿No sabes quien es?

—No tengo mucho tiempo para escuchar música.—Contesto mirándola. Está aún de madrugada por lo cual no hay muchos carros en la carretera.

—Deberías escuchar música, cura el alma.

—No creo que es....

—¡DAMN PAPA, YOU A RARE WEED, NO COMPARING AND IT'S MOTHERFUCKIN' SCARY. TRYNA KEEP HIM CAUSE I FOUND HIM, LET A HO KNOW I AIN'T MOTHERFUCKIN' SHARING!—Grace grita a todo pulmón, inmediatamente termina ese verso se calla.—¿Decías?—Me pregunta con una sonrisita.

—Bambi, mis oídos.—Me rio y ella frunce el ceño.

—Dichoso tú por escucharme.—Me saca la lengua.

—Ay, Gracie.—Suelto y vuelvo la vista a la carretera.

—¿Crees en el destino?—Pregunta con la mirada fija en el camino.

—No.

—¿Por qué?

—Conocí a una persona que creía que era mi destino, al final no fue más que ser un daño en mi vida.

—No puedes dejar que una persona te hunda, o que cambie tu perspectiva de la vida.

—Tú no sabes nada.

—Exacto, sé que no se nada sobre ti, pero lo que sé es que no quiero que vayas por la vida siempre esperando lo peor, eclipsará por completo lo bueno que te espera.

—No hay nada bueno para mi más allá.

—Bobo, siempre hay alguno bueno para nosotros más allá.

Pongo los ojos en blanco.

—¿Siempre te crees tan filosofa?

—Todo el tiempo, soy mucho más que una cara bonita.

—No eres una cara bonita.