CAPÍTULO 14.

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Maratón 2/3.

Lucas Henderson.

La mañana siguiente es tranquila, no tengo que ir a la cede, quisiera dar un paseo y no sé Grace quiera o pueda.

No la levanto, solo me dirijo a la cocina para prepara el desayuno, cuando estoy de camino freno en seco.

—¿Cómo entraste?—Pregunto. Kaden está sentando en el sofá con la vista fija en el cuadro que Grace tiene colgado en su pared.

—Grace me había dado las llaves hace años.

—La Grace de ahora no te quiere aquí, así que lárgate antes de que te saque o llame a seguridad.

—No puedes ponerme un dedo encima y no vengo por ti, vengo por Grace.—Pone los ojos en blanco y se levanta con la intención de ir a la habitación donde duerme Grace.

—No me hagas actuar de mala forma Kaden.—Amenazo. No dejaré que un puto enfermo sexual como él le vuelva a poner un dedo encima.

—¿¡TÚ QUIÉN TE CREES!?—Me grita.

—¿Quién te crees tú para irrumpir en su casa?—Le pregunto con tranquilidad. No haré un escándalo, conozco a  las mentes como la de él.

—¡GRACE!—Grita de nuevo.

Me lleno de paciencia.

No. lo. golpees.

—¿Qué pasa?—Escucho la voz adormilada de Gracie.

—Este hijo de puta estaba aquí dentro y cuando me levanté lo vi.—Me alejo de Kaden y me acerco a Grace.

—Dame las llaves.—Extiende su mano.—¡Ya no eres mi novio!

—¿Eso es lo que te gusta Grace? ¿Revolcarte como una puta?—Pregunta y se ríe.

—Dame la llave o llamo a seguridad.

—No.

—¡Que me des la llave!—Chilla con enojo.

Kaden da pasos rápidos a ella pero yo soy más ágil y me coloco frente a Grace.

—¿Qué ibas hacer? ¿No que muy hombrecito? Pégame a mí.—Lo reto. Si me pega será su fin.

—No la iba a golpear.

—¿En serio?—Enarco una ceja.—¿Y por qué tienes las manos echas puño?—Miro sus manos y él las esconde en su espalda.

—Grace no te lo diré dos veces, tenemos un contrato...

—¡No quiero estar contigo!—Sale detrás de mí.

—Lo firmaste.

—Era una niña, ¿No puedes dejarlo pasar? Ya me has hecho demasiado Kaden, déjame...—Se acerca a él y temo por ella.—No quiero estar contigo, te puedes ir a la mierda con ese contrato.

—Te quedarías en banca rota si te demando.

Estoy perdido en la conversación, aún así no me muevo de mi lugar.

Segundas oportunidades. ("Somos" libro #3)Where stories live. Discover now