Segundas oportunidades. ("Somos" libro #3)

CAPÍTULO 37.

Grace Austin.

Cuando llegamos a la casa de Lucas, en efecto dos pares de señores se encuentran ahí. Me da muchísima vergüenza conocer a los padres de mis amigos. Cierro la puerta detrás de mí y me encamino hasta el salón donde están todos.

Se ven estupefactos, como si les acabaran de dar la noticia que todos presenciamos hace un rato.

—¡Grace! —La mamá de Lucas se levanta del sofá y me envuelve en un abrazo fuerte. —No pensé que estarías aquí.

—Tyler es importante para mí, no podría haberme quedado en casa con los brazos cruzados.

Esboza una sonrisa sincera.

—Gracias por no dejar a mi hijo solo. —Me susurra y me guiña un ojo.

Saludo a los padres de Jace, me sorprende que su madre no se parezca nada a ella; pero luego me explican que es su madrasta. En las piernas de Susan puedo ver a una niña de unos ¿9 años? que no logro identificar.

—¿Y quién es esta lindura? —Cuestiono acercándome a la pelinegra.

—Soy Jessica, la hermanita de Jace. —Me saluda con una sonrisa sin los dientes de abajo.

—Hola, soy Grace.

—Lindo nombre.

—Lindos ojos. —Con mi dedo índice señalo sus preciosos ojos verdes.

—Gracias.

—¿Cómo esta Trinity? —Pregunta Lucas. Me siento algo perdida por lo cual, me muevo hasta la habitación de Lucas para dejar los papeles que buscamos y vuelvo al salón.

—En su último año de instituto, deberías perdonarla. Se irá a la universidad y vivirá allá. —Comenta la madre de Jace. Supongo que Trinity es su hermana.

Me siento al lado de Lucas quien tiene la mirada perdida. Tomo su mano y lo hago mirarme.

—¿Estás bien?

—¿Y si algo malo pasa?

—Tú me dijiste que no pensara en lo malo antes del acontecimiento, te exhorto lo mismo. ¿Vale?

Rueda sus ojos y asiente con dificultad. Pido permiso y me retiro para llamar a mi abogado. Por supuesto, Lucas me sigue. Nos encerramos en la habitación y me dejo caer en su regazo.

—Ciao, Grace. Qué bueno verte llamándome. —Habla mi abogado desde que contesta.

—Colega, ¿Qué tal?

—Bien, para mi clienta favorita siempre bien, ¿Tienes algo para mí?

—De hecho, si, ¿Te acuerdas de Lucas?

—¿Del bombón que te acompañó en el juicio?

—El mismo.

—¿Qué pasa?

—Te lo pondré para que te explique todo.

Le doy mi teléfono y Lucas empieza a contarle todo con lujos y detalles; Este tipo de cosas no deberían hablarse por línea telefónica por mera seguridad, pero confío plenamente en mi abogado.

Mientras ellos hablan me acomodo mejor sobre el cuerpo de Lucas; recuesto mi cabeza en su pecho y su mano acaricia mi espalda. Pienso en Tyler y en lo que le gustaría estar acostado a nuestro lado.

No quiero llenarme la cabeza de ideas malas, pero Alisha se veía descorazonada, ¿Puede llegar a ser realmente buena madre? Sé que puede ser un golpe bajo, que tu hijo le llame madre a otra, pero, me da pánico que pueda hacerle algo por eso.