CAPÍTULO 15.

4.6K 425 188
                                    

Maratón 3/3

Grace Austin.

—¿Tienes que hacer algo hoy?—Pregunta Lucas. Tengo la cabeza en su regazo y él acaricia mi cabello con calma.

—Una sesión de fotos, ¿Pasa algo?

—Quiero dar una vuelta por Milán, que no sea a una discoteca.—Recalca y yo río.

—Bueno, puedes acompañarme a la sesión de fotos y luego te doy el tour.

—Y de paso te acompaño a cambiar la cerradura.

—Sí, creo que es lo mejor.

—¿No tienes hambre? Antes de la llegada inesperada iba a hacer el desayuno.

—Vale, me iré a bañar.

Lo beso cortamente y me guardo las ganas de cabalgarlo para más tarde. Me adentro al baño y me doy una ducha. Cuando salgo me visto con ropa cómoda y no me maquillo, el staff hará todo eso cuando llegue al set.

Al salir de mi habitación ya Lucas ha terminado, no hablamos mucho, solo comemos. En mi cabeza hago la ruta para el tour.

—Me iré a bañar.—Alega y recoge los trastes.

—Tú cocinaste lo justo es que yo los lave.—Le sonrío y con mi cadera lo aparto del fregadero.

Lavo los trates y limpio la cocina. Una vez lista me dejo caer en el sillón y juego con mi celular mientras espero que Lucas esté listo.

—Podemos irnos.—Murmura haciendo que suba la vista de mi celular. Lleva un suéter negro con letras blancas, unos pantalones mezclillas y unos tenis negros.

«Perfecto para la ocasión.»

¿O perfecto para ti?

—Vámonos.—Le sonrío. Prefiero no hacer ilusiones con Lucas, si no es que ya están en mi corazón y no me he dado cuenta.

Salimos de casa y le doy las llaves de mi auto, hoy es el día libre de Larusso así que me toca irme en volvo plateado.

—Solo gira a la izquierda y sigue en línea recta hasta que te avise.—Le digo a Lucas.

Él asiente, pero parece que está en todos los lados menos aquí conmigo, lo cual me genera cierta incomodidad. Las manos sudorosas, el corazón acelerado, las ganas de tenerlo todo el tiempo, las punzadas de incomodidad al ver a su ex. Quiero golpearme la cabeza contra el volante.

NO. ESTÁS.ENAMORADA.

Es pasajero, él se irá, yo me quedo. No puedo enamorarme de alguien que no está dispuesto amar, no estoy dispuesta a intentar arreglarlo porque puedo perderme en el camino o romperme de nuevo en mil pedazos y si algo no me permito de nuevo es eso.

¿Debería querer intentar ayudarlo a sanar? ¿Meterme en su vida? ¿Y si no funciona? ¿Y si termino rota en mil pedazos de nuevo? No tendré fuerzas para volver a ser lo que estoy siendo justo ahora.

«Pensar te destruye.»

Pensar no me destruye, al menos no a mí. Lo miro y detallo su cara, ante mis ojos parece de otro mundo, no quiero enamorarme porque él no me ve como nada más que no sea sexo. Él me ve como su follamiga y yo tengo que aceptarlo como lo pactamos de un principio.

Segundas oportunidades. ("Somos" libro #3)Where stories live. Discover now