Segundas oportunidades. ("Somos" libro #3)

CAPÍTULO 27.

✨Escuchen esa rolita que les dejo.✨

Grace Austin, en la mañana horas antes de lo sucedido.

Despertar con Tyler en medio de Lucas y mío es una sensación nueva para mí, sin embargo, nada desagradable, por un momento me vi haciéndolo durante unos años, junto a Lucas.

Me levanto de la cama sin hacer mucho ruido, hoy tengo una cita con mi Psicóloga Anna, hoy hace tres años fui abusada mientras estaba inconsciente. Dejo salir un suspiro cuando entro al baño, hago mis necesidades fundamentales como persona y me ducho más tiempo del necesario.

Cuando salgo Lucas a penas está abriendo los ojos, le sonrío antes de concentrarme en buscar ropa en mi Closet, el cual por cierto tenia algunas prendas de Lucas y me gustaba, es un sentimiento precioso.

—¿Quieres que te haga el desayuno? —Me pregunta con voz pastosa.

—Te diría que no, pero realmente tengo mucha hambre y no tengo ganas de hacer nada con mis propias manos. —Respondo quitando mi camisa blanca de la percha.

—Vale, bambi. —Se levanta de la cama y se dirige al baño. Mientras él hace no sé qué, busco mis bragas y mi sostén a juego color blanco.

Veo a Lucas por el rabillo del ojo como se acomoda en el marco de la puerta mientras me mira ponerme mi ropa interior.

—¿Qué? —Le sonrío mientras abotono mi camisa con lentitud.

—Nada. —Me sonríe también.

—Tu mirada dice más.

—Mi mirada solo dice que eres lo más hermoso que ellos han tenido el placer de ver.

Ruedo los ojos con diversión sintiendo mi cara sonrojarse ante el cumplido. Me acerco a él y lo abrazo por la cintura descubierta. Beso su pecho varias veces.

—A este paso vas a conseguir que te deje hacérmelo en todos los lugares.

—No es mala idea, ¿Qué tengo que hacer para que me des el privilegio?

—Hacerme el desayuno primero. —Bromeo.

—Vale.

Besa mis labios repetidas veces y sale de la habitación. Continúo vistiéndome mientras le doy miraditas a Tyler, sigue durmiendo. Cuando estoy lista le coloco almohadas alrededor por si las moscas.

Salgo de mi habitación y el olor a huevo revuelto inunda mis fosas nasales y me hace la boca agua.

—Huele rico. —Le digo con una sonrisa y me siento en la silla de la encimera. Lucas está de espaldas a mi revolviendo los huevos, su espalda desnuda y perfecta me llama a besarla una y otra vez.

—¿A dónde vas?

—Una cita con mi Psicóloga. —Respondo mirando el plato que dejo frente a mí, huevo, tocino y tostadas. —Hoy hace tres años....

No tengo que decir nada porque asiente en entendimiento y me deja un beso en la frente.

—Entiendo, ¿Jugo de manzana o naranja?

El hecho de que no me mire con lástima me agrada, que sepa que ya soy fuerte. Pero, así como uno visita el hospital para cuidarse la salud, debe ir al Psicólogo para cuidar su salud mental que es la que mantiene al cuerpo.

—Manzana.

Deja un vaso de jugo a mi lado y da vuelta para sentarse frente a mí.

Descruzo las piernas para acomodarme y verlo mejor.