CAPÍTULO 11.

5K 449 176
                                    

Grace Austin.

—Kaden...—Murmuro.

Él no me mira, solo mira a Lucas con el ceño fruncido.

Verlo tres años después es impactante y hace que todas mis terapias se vayan a la mierda.

Doy un paso hacia atrás quedando al lado de Lucas.

El miedo invade mi cuerpo y mis ojos empiezan a picar.

—¿Qué haces aquí?

—¿Quién es él?—Pregunta y mira despectivamente a Lucas.

Trago duro.

—Soy Lucas.

—Bueno, Lucas...—Carraspea.—¿Puedes dejarme solo con mi novia?

—¡No somos novios!—Chillo con voz temblorosa. Estoy a nada de esconderme detrás de Lucas.

—Nunca terminamos.—Se acerca a mí y yo retrocedo de nuevo.

—¿Grace?—Lucas me mira en busca de respuestas.

—No me dejes sola, por favor.—Le pido sin apartar mi mirada del espécimen de ojos azules.

Lucas se acerca y me toma de la mano, Kaden respira hondo y me lanza las flores en la cara.

—¿QUÉ TE PASA?

—¡Me estás engañando!—Ríe secamente e intenta tocarme pero Lucas lo aparta de un empujón.

Kaden inhala profundo y se arregla el cuello de la camisa, sonríe y me mira.

—Te pido amablemente que vayas conmigo a la fiesta.—Estira su mano proponiendo que la tome.

—Ya te dije que no.

—Gracie...

—¡Que no!

—¿Por qué? ¿Es por qué esa noche no estuviste consciente para pedir más? Porque recuerdo tu humedad.

Trago en seco.

—Estaba inconsciente, Kaden.—Susurro con voz baja y tomo la mano de Lucas.—Lárgate, no me iré a ningún lado contigo.

—Si no te vas conmigo, tampoco te irás con él.

Lucas pone los ojos en blanco y me suelta de la mano. Da un paso adelante y sin mucho esfuerzo estampa su puño directo en la nariz de Kaden.

Kaden retrocede cerrando los ojos con fuerza, Lucas agarra el tabique de la nariz de Kaden y lo aprieta con fuerza.

—Si ella te dice que te vas, te vas.—Aprieta el agarre.—Porque si no te vas esto es lo menos doloroso que puede pasarte.

—¡Suéltame hijo de puta!—Sin mucha ventaja lo empuja pero Lucas no lo suelta.—¿Esto es lo que quieres un agresivo Gracie?

—Sácalo de aquí, Lucas.—Le pido sin poder controlar las lágrimas.

Verlo a él, devolvió a la Grace de 17 años, la que iba a terapias, la que no podía  dormir, la que tenía desórdenes alimenticios. Esa Grace que me costó mucho esconder, la Grace que no quiero ver nunca jamás.

Segundas oportunidades. ("Somos" libro #3)Where stories live. Discover now