3. Ese demonio irritante +NOTA DE AUTOR IMPORTANTE

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—Me tiene harto Aurelia, genuinamente harto, no hay algún otro ser en el universo que me provoque todo este rechazo

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—Me tiene harto Aurelia, genuinamente harto, no hay algún otro ser en el universo que me provoque todo este rechazo.—le dije mientras me lanzaba dramáticamente a mi cama.

Aurelia, quien era mi compañera de cuarto, me miró agotada desde su cama.

—¿Qué cosa tan terrible hizo Paimon esta vez?—dijo ella con la voz cansada.

—¿Qué no hizo? Estaba yo tranquilo en el ambiente bar del Purgatorio, buscando almas para llevar al cielo, cuando Paimon se acerca al alma que estaba convenciendo para llevar al cielo, le empieza a decir cosas para que vaya al infierno, estuvimos intentando convencerla por un rato, finalmente gané yo, el alma se convenció por el cielo. Deje al alma en la puerta del paraíso humano y obviamente me di la vuelta. Cuando regresé, Paimon hizo varias bromas de mal gusto.

Aurelia me interrumpió.

—Ya ¿Y tú lo molestaste antes de eso?—preguntó alzando una ceja.

Mire hacia los lados esquivando la pregunta.

—¡Haniel!—me regañó—No puedes quejarte de que te molesten cuando tu eres el que inicia las discusiones la mayoría de las veces, lo ofendes con sutileza para luego hacerte la víctima diciendo “Un pobre ángel es atacado por un malvado demonio” Cuando muchas veces tu eres el malo con el. Lo otro, te quiero mucho, eres mi amigo, pero me tienes algo harta. Se conocen hace 3 meses y todos los benditos días te quejas de sus discusiones conmigo y lo peor es que son muy bobas, casi parecen coqueteo.—dijo algo molesta.

Abrí mis ojos de par en par, batí mis alas con furia y le lancé con fuerza una almohada en la cara.

—¡Ni si quiera te atrevas a insinuar tan suposición, soy un ángel y el un demonio! Por todos los cielos Aurelia.—reclamé.

—Ya, ya cálmate.—dijo alzando las manos—Yo solo digo que no seas tan dramático, si tus preocupaciones no me conciernen, a menos que sea algo de vida o muerte, no me interesan.

Con esta amiga, para que quería enemigas.

Me recosté amurrado mirando a la pared. Aurelia voló hacía mi y se recostó con cuidado abrazándome por detrás.

—No te enojes ¿Sí? Solo es que creo que estas haciendo mucho drama por algo bobo para así poder distraerte de tus verdaderas preocupaciones.—susurró besando mi mejilla.

Me giré para mirarla. Boté aire, ella tenia razón.

—Es que, no entiendo porque todavía no me vuelven incorpóreo ¿A caso estoy haciendo algo mal? ¿No soy lo suficientemente bueno?—murmuré mientras mis ojos lagrimeaban, los limpie con fuerza, odiaba ser tan sensible y llorón.

—Te conozco Haniel y aunque me gusta verte distraído con algo, no quiero que evadas tus sentimientos.—murmuró.

Ella tenía razón. Los ángeles eran creados por esa fuerza superior, nos creaban de manera similar a los humanos, teníamos un cuerpo y un alma, solo que en nuestra alma no tenia espacio para el pecado. Nacimos con forma adulta, teníamos que cubrir necesidades básicas como comer y dormir, podíamos sentir dolor, pero no podíamos morir, podíamos presenciar la humanidad en nuestros cuerpos, pero a la vez nunca sentirla realmente. Se suponía que no hacían así para que logramos empatizar con los humanos, una vez que esto se lograba, nos volvían seres incorpóreos, solo espíritus. El volvernos incorporeos era un especie de ascenso, teníamos más poder y nos permitía ir a otros lugares, lugares del cielo desconocidos para los corpóreo, por ejemplo: donde iban las almas humanas. Yo no sabía que había exactamente después de la muerte, ningún ángel corpóreo lo sabía, porque todo ese conocimiento sobre el funcionamiento del universo era demasiado para cuerpos semihumanos. Pero uno de los mayores cambios que habían cuando un ángel se volvía incorpóreo era la perdida de algunos rasgos de humanidad, perdían las emociones fuertes, perdían lentamente la personalidad hasta volverse seres perfectos y libres de errores, era por eso que necesitaba ser un ángel incorpóreo. Para mi mala suerte, quienes volvían a los ángeles seres incorpóreos, eran los arcángeles (ángeles de alto nivel, con milenios de experiencia) y a pesar de ser de los mejores ángeles de mi generación, con la mayor cantidad de almas recolectadas, los arcángeles siempre decían lo mismo “Todavía no estas listo”. Quería estar listo, necesitaba estar listo.

Ángeles y demonios se besan en el PurgatorioWhere stories live. Discover now