Ángeles y demonios se besan en el Purgatorio

7. Mandalo al infierno

Tw: abuso no explicito

Estaba en el Purgatorio junto a Paimon, ambos observábamos con atención a las almas del ambiente caminar por el falso bar.

—El siguiente que se lleve un alma gana.—me desafió el demonio.
Alcé una ceja.

—¿Y que ganaría con eso?—pregunté.

—Lo que el otro quiera.—dijo mordiéndose un labio.

—No es justo, eres un demonio, no puedo confiar en lo que me harás hacer.—dije cruzándome de brazos.

—¿Qué dijimos de los estereotipos?—dijo rodando los ojos y acariciando mi mejilla.

—Que no todos los demonios nos malos, tú sobre todo .—refunfuñé entre risas nerviosas.

Retiró la mano de mi rostro para llevarla a mi cabello y despeinarlo.

—Buen muchacho.

—-No soy tu perro.—dije un poquito molesto mientras volvía a ordenar mi pelo.

El se rio, pero yo no entendí el chiste.

Cada vez nos estábamos llevando mejor, seguía habiendo una pequeña rivalidad, pero era agradable. ­­Las últimas semanas estaba casi disfrutando de su compañía cuando nos tocaba trabajar juntos.

­­­—Oye, debo dejarte, acabo de ver a un alma que llevo persiguiendo hace semanas.—dijo levantándose del sillón.

—Voy contigo, no creo que sea justo que no tenga un ángel que lo defienda.—expliqué siguiéndolo.

El negó.

—Ya varios ángeles han revisado el alma, no tiene salvación alguna ¿Además somos colegas, no?

Yo asentí.

—Bueno, los colegas se ayudan entre si, se protegen y créeme que te estoy protegiendo al decirte que no vayas. Esta alma hizo cosas horrorosas, muy fuertes de ver.—murmuró mirando sus pies.

—Esta bien, así es el trabajo, no soy un maldito debilucho. Además, todos merecen que alguien interceda por ellos.

Paimon siguió tratando de convencerme, pero yo no le presté atención, si quería ser un ángel incorpóreo necesitaba estar preparado para todo.

Paimon lo sujetó con fuerza, probablemente había intentado escapar antes, eso no era una buena señal. Le tomé la mano al alma con forma de muchacho y me transporté a sus memorias.

Lo vi saliendo de la escuela con sus amigos, silbándole a una niña de varios cursos más abajo; lo vi manoseando mujeres en el metro; lo vi insultando a sus compañeras de universidad; lo vi gritándole a su novia y haciéndole un espectáculo de celos; lo vi golpeándola por que según el, le era infiel; lo vi diciéndole a su esposa que por serlo le debía sexo y obligándola a ello; lo vi asesinándola en un ataque de furia, para luego suicidarse por perder “al amor de su vida".

Por primera vez en mi vida, no sentí ni la más mínima empatía por un ser humano. Ni siquiera intenté buscar la bondad en su interior, no me interesaba si había.

—Llévatelo al infierno y asegúrate que nunca salga de ahí.—le dije a Paimon.

—¿Estas bien?—preguntó el.

—Lo estaré cuando este desgraciado sea torturado en el infierno por toda la eternidad.

✨✨✨

No había podido volver al cielo, no sintiéndome tan asqueado. Había dejado que se llevaran a un alma a la tortura eterna así sin más, no había intercedido por ese hombre y tampoco sentí deseos de hacerlo ¿Qué decía eso de mi? Así que solo atiné a ir al Bar Purgatorio a beber un té, que esperaba lograra alivianarme.

Siempre había creído que todos los seres humanos tenían luz y oscuridad en su ser, que la oscuridad  era algo que se implantaba en las personas por culpa del contexto en el que estaban, no porque fueran realmente malvados. Una parte de mi seguía creyendo eso, pero otra solo pensaba en que eso ya no tenia sentido. Ese malvado hombre tal vez pudo haber tenido un contexto algo desfavorecedor, una sociedad podrida en misoginia, pero no justifica el ser una basura, el llegar a cometer actos tan inhumanos. Nadie lo obligó a hacer lo que hizo, no tenia ninguna enfermedad mental ni nada, él hizo todo plenamente consciente y merecía pagar por ello.

¿Entonces el ser humano nace con bondad y es la sociedad lo que lo va corrompiendo? ¿O en realidad nace con maldad en su interior y lo único que hace la sociedad es sacarlo a la luz? ¿Y si la maldad es culpa de la sociedad, realmente existe alguien malvado? Si es que era así, todo este sistema del cielo y el infierno no tenia sentido ¿En serio yo debía buscar la bondad de todos los seres? ¿Hasta de los más despreciables? ¿Y quién era yo para decidir eso? Era un ángel, un ser celestial cuyo único propósito era buscar la bondad en las almas para llevarlas al cielo, pero al fin y al cabo también me podía equivocar ¿Cómo podía caer tal peso sobre mis hombros?

—¿Estas bien?—preguntó un Purgato que atendía la barra.

No, estaba en plena crisis existencial, cuestionándome absolutamente cada aspecto de mi vida.

Me limité a darle una pequeña sonrisa.
Nunca antes había deseado con tanto fervor el poder mentir.

Nota de la autora:

Hoy no hay memes ni nada, creo que el tema de hoy fue un poco más serio así que merece respeto.

Muchas gracias por leer cada capítulo 💖