Ángeles y demonios se besan en el Purgatorio

9. Lección de humanidad

Estaba nuevamente en el Bar Purgatorio, iba nuevamente a ver a Paimon, teníamos nuestra primera lección de humanidad ¿Estaba aterrado? Sí.

—¿Vas a la habitación de Paimon? Esto ya se está haciendo costumbre —dijo uno de los purgartos que atendía el bar, si no me equivocaba se llamaba Orion y era amigo de Paimon.

—Sí, algo así —tartamudeé.

Al principio estaba emocionado por las lecciones, tanto que le llegue a contar a Aurelia, lo cual fue un grandísimo error. Me llenó la cabeza con ideas sucias de lo que serían las "lecciones sobre el placer humano" y ahora estaba aterrado por su culpa.

Estaba afuera de la habitación de Paimon dudando si entrar o no cuando el antes mencionado abrió la puerta.

—¡Por fin llegas! Estaba pensando que ya no vendrías y te acobardarías —dijo riendo.

Se veía feliz y ligeramente emocionado, le sentaba bien. Estaba con una camisa negra y unos jeans del mismo tono ¿Ese hombre tendría algo de otro color en su guardarropa? Como sea, al menos estaba vestido, esa era una buena señal.

—¿Yo, acobardarme? Pfff —dije nervioso.

Me senté en el sofá y observé la habitación, estaba ligeramente más ordenada que la última vez que había ido. Al menos ya no sentía nauseas ahí dentro y no había ropa interior de dudosa reputación tirada por el lugar.

—¿Estas bien? Te ves algo tenso —señaló el demonio.

—Yo... estoy emocionado por las lecciones de humanidad —aclaré dejando a un lado el hecho de que moría de nervios por el solo pensar en las sucias ideas que me había dado Aurelia.

¿El no haría nada de eso, cierto?

¿Cierto?

Oh no, el se estaba desabrochando la camisa ¡Se la había sacado! Su torso estaba completamente desnudo, lo cual no era completamente desagradable, era bastante lindo y brillante ¡Pero aún así! Chillé internamente y mi cara se volvió completamente roja. Tenía que pensar en como me iba a negar ante su propuesta ¿Me negaría? ¿Sería tan terrible si...? La idea en si no era desagradable, pero era completamente incorrecta. Debía pensar como negarme a su malvada seducción.

¿Qué estaba haciendo ahora? ¿Se estaba poniendo una polera? ¿Por qué hacia eso?

—Casi se me olvidaba el cambiarme, esa camisa es de mis favoritas y no la quiero manchar ¿Listo para comer pizza? Es el mayor placer humano —explicó el demonio.

Oh, pizza. Solo simple e inofensiva pizza y yo pensando en cosas del demonio, para hacer con un demonio en específico.

✨✨✨

La pizza era deliciosa, no podía creer que nunca antes la había probado.

—Esto es lo más delicioso que he probado en mi vida —dije saboreando el queso derretido.

—Lo sé, por algo a los humanos les encanta. Me puse a investigar y me di cuenta de que a ustedes los ángeles nunca les dan pizza de comer, ni nada delicioso, solo comen verduras y cosas así —dijo haciendo una mueca.

—Es para que nuestros cuerpos humanos temporales estén en un óptimo funcionamiento —expliqué.

—Si, pero es aburrido, no digo que coman siempre pizza, pero de vez en cuando no hace mal. Digo ¿Por qué negarles ese placer?

—Porque no tiene sentido, el placer de la comida es solo temporal, se acabará poco después y no afectará significativamente una vez que tengamos cuerpos incorpóreos —repliqué.

—¡Ves! Es por esto que no entiendes a la humanidad, te concentras demasiado en lo temporal de mas cosas. Los humanos no son inmortales, sus vidas son cortas, por lo que esas pequeñas cosas que dan placer, felicidad es lo que hace su vida especial. Son temporales claro, al igual que la vida misma.

¿Entonces si no es el tiempo y cuanto perdura, qué es lo que le da valor a las cosas? Tal vez son las sensaciones, el placer que se siente cuando muerdes un pedazo de pizza, no lo comes porque lo necesites para vivir, sino por lo bien que se siente. No necesitas realmente hablar con un amigo, ni contar chistes tontos, no lo necesitas para sobrevivir, pero lo haces porque se siente bien. Entonces las sensaciones podían ser lo realmente valioso de la vida humana y lo que le daba sentido en parte a su existencia, no creía que eso fuera todo, pero al menos era una parte.

—No creí que la pizza fuera tan profunda —dije observando el queso.

Nota de la autora: Amo escribir de este par de pendejos, me alegran el día ¿Se nota qué me gusta la pizza? ahree

¿Qué creen que le da valor a las cosas, la temporalidad o las sensaciones que producen?

Me encanta como esto empezó como una novela de romance con fantasía (cosa que sigue siendo) y terminó siendo una vil trampa para que lean mis crisis existenciales. Igual quédense, que el próximo capitulo veremos un poco de la vida amorosa de Aurelia.

Hablando de eso, la otra semana no habrá capitulo, esto porque quiero adelantar capítulos y necesito tiempo, seguiré escribiendo eso si.

 -Besitos gays, Juli.